miércoles, 27 de enero de 2016

8 COSAS PARA NO HACER EN EL CRUISING

La putivuelta ya es famosa entre propios y extraños del mundo homosexual. Lo que antes era visto como un tabú o una práctica de países más desarrollados, se sabe que es común entre cualquier sociedad. Como ya hemos repasado en algunos otros artículos, el cruising siempre ha existido pero poco se ha hablado o analizado, pero sin duda, dentro de la cultura gay tiene un importante espacio. No importa si tú no lo practicas, seguramente conoces o has visto a alguien realizarlo. Quizá su popularidad se deba a los rumores que corren de boca en boca entre la comunidad, a veces nos cuentan sobre ciertos baños, cierto parque o algún estacionamiento donde alguna vez un amigo o un conocido tuvo relaciones sexuales, y precisamente ésta es la mecánica por lo que algunos lugares llegan a ganar popularidad y prestigio entre los amantes del sexo clandestino.


Comúnmente escucho a muchos chicos con curiosidad por saber qué es el cruising, donde realizarlo en nuestra ciudad, a qué horas, y cada cuándo. Sin embargo, también hay quienes me preguntan lo que no se debe hacer al salir de caza, y este punto es mucho más importante que el primero, pues si bien al enterarte de los actuales puntos de ligue sólo basta con darte una vuelta y salir con suerte. Sin embargo, no todo es tan fácil como se escucha y además los novatos corren riesgos. Les comparto a continuación 8 puntos sobre lo que no debemos hacer al salir de putivuelta, precisamente para que al hacerlo se viva una experiencia agradable y que no te genere conflictos ni eventos desafortunados, ya sea con la autoridad o con alguna pareja riesgosa.


1. NUNCA SIN CONDÓN. Si sales de cruising recurrentemente o si es tu primera vez no tienes motivos para aventarte sin gorros. El cruising es sexo clandestino y riesgoso, muchos de los que lo practican han tenido varias parejas sexuales, y no es por generalizar, pero la mayoría no han tenido sólo 5 encuentros, sino muchísimos más, y con la edad estos pueden irse acumulando. Pregúntate con cuántos chicos más ha estado el ligue antes de estar contigo. Si vas a practicar sexo con penetración anal lo mejor es tener condones a la mano. Nunca te permitas coger a pelo. A lo mejor es de noche y no puedes ver los órganos sexuales del ligue y no te enteres si hay existencia de lesiones provocadas por alguna infección. Si quieres tener sexo sin consecuencias desagradables, protégete. No te digo que evites el cruising, porque sé que algunas veces querrás experimentar o atreverte, pero es seguro que en alguna ocasión llegarás a conocer a un chico que ha estado expuesto a algún tipo de ITS, y que tú, siendo novato, puedas terminar arrepentido. El condón siempre hace la diferencia, aun si te enteras tiempo después que fulano tiene esto o aquello, tú tienes la seguridad de estar sano por haber usado condón.


2. NUNCA EN QUINCENA. Ni en días posteriores a ésta. El cruising prácticamente es una actividad ilegal, entiéndase que es clandestina porque los lugares en donde suele realizarse son espacios públicos, de convivencia general, y por obvias razones puede ser tipificado como una falta a la moral. Y como ya es sabido, las autoridades en nuestro país suelen ser deshonestas y aprovechadas. Si un policía llegara a descubrirte en pleno acto sexual, podría provocarte severos problemas. Desde un arresto a una extorsión. Lo más típico es que te saquen una lana, objetos de valor y te dejen libre bajo amenazas. Por miedo y para librarse del problema solemos entregar lo que llevamos a cambio, ya sea dinero, celulares, relojes o algunas otras cosas de valor. ¿Qué sucede cuando es quincena? Que se supone que traes dinero porque acabas de cobrar en tu chamba. Y hasta donde tengo experiencia, he visto que en estas fechas suele haber mayor movimiento de seguridad en la ciudad, no sólo para detener a chicos que salen de cruising, sino a todo aquel que vean vulnerable, ya sea porque lo ven en estado alcoholizado mientras maneja, o porque lo ven en la calle a altas horas de la noche. Tampoco quiero generar un miedo absurdo, sólo les doy un consejo básico. Que puede ser usado sobre todo en lugares demasiado clandestinos, como en colonias populares con altos índices de vandalismo, en el centro de la ciudad o en centros comerciales. Cuando cobres tu quincena, mejor vete a lugares privados como el Gremio o saunas.


3. NO CON EL PRIMERO. Bueno, aunque puede que el primero que veas en un lugar desolado ande con las mismas intenciones que tú, también puede que no sea así. Para ligar, primero hay que tener en cuenta ciertos puntos: estudiar las señales que te manda el otro individuo. Si no demuestra interés en ti, sientes que rehúye o que insiste demasiado, debes considerarlo como una alerta para desistir. A veces nos dejamos llevar por la adrenalina y la calentura. Primero cerciórate que el chico en cuestión te de confianza, y no porque lo veas muy galán o muy intenso, significa que sea ligue seguro. En el cruising puedes encontrarte desde gente que ni siquiera busca sexo o que saben que lo buscas y se aprovechan de la situación para asaltarte. Ya sabemos que los chacales encienden el deseo y a veces es imposible resistirse a su encanto de hombre heterosexual, pero no todo lo que se ve es lo que parece y así como puedes llegar a tener la cogida de tu vida, también podrías vivir un susto o una experiencia demasiado peligrosa. Compórtate responsable y preocúpate por tu bienestar físico. Si el chico insiste al instante, date tiempo, hazle plática y descubre sus intenciones. A veces hay quienes no se dejan tocar el pene o las nalgas, aun cuando te aseguran que quieren un encuentro contigo. Su negativa podría sugerir que intenta seducirte con ideas, para después aprovecharse ya que se han ganado tu confianza y finalmente asaltarte. Lleva siempre la delantera en eso. Tampoco es malo dejar que ellos se den varias vueltas antes de que se acerquen a ti o tú a ellos, no cedas a la primera, si después de tres vueltas te lo vuelves a encontrar, quizá es porque en verdad le intereses para sexo.


4. NO LO HAGAS POR DESPECHO O PARA SALIR DE CONFLICTOS. Y es que cuando nos dejamos llevar por un enojo con el novio, con la familia o con los amigos, actuamos más por impulso que por consciencia propia. Puede que por la tarde hayamos descubierto que nuestra pareja nos fue infiel, o que nos dejó plantados, o que el chico que contactaste por Manhunt nunca llegó o no fue lo que esperabas, y entonces nos vamos de cruising para saciar las ganas de sexo que nos queman. Encontramos a quien nos mueva el tapete o parezca buscar ligue, y no vemos más allá, simplemente nos entregamos y cogemos. Lo malo viene después, cuando llegas a sentir culpa o miedo de si lo hiciste con alguien correcto, si tomaste todas las precauciones o peor, si en verdad era lo que querías o si sólo te gano el coraje y consumaste una venganza que en principio no es algo común en ti.


6. NO INSISTAS DEMASIADO Y NO SEAS INDISCRETO. Muchos lugares de cruising “se queman” cuando el chisme ha pasado de boca en boca entre muchas personas. Si sabes sobre algún lugar para ir de putivuelta, no se lo cuentes a cualquiera, porque podría suceder que este lugar adquiera demasiada fama y las autoridades de seguridad lleguen a descubrirlo y por tanto a hacer peligroso o imposible ligar nuevamente allí. Por eso debes ser discreto, y además, lo debes ser también con la forma en que ligas: si quieres coger con todo el que ves en la putivuelta y a fuerza quieres tener un encuentro, aun cuando el individuo no se interese en ti, te verás mal, desesperado y terminarás alejando a la gente del lugar. Si no ves movimiento en el lugar, tampoco insistas en quedarte demasiado tiempo, o peor, en estar allí los 7 días de la semana, puedes experimentar en otro lugar o visitar otros, así evitarás hastiarte o hastiar a los demás con tu presencia recurrente.


7. NO NIEGES EL RIESGO. ALGUNA VES REALIZATE LA PRUEBA. Lo primordial, es cada tres meses. Ya sabes que la prueba de detección de VIH es gratuita en muchas partes, y conocer tu estado de salud te da muchas oportunidades de gozar una mejor calidad de vida, tengas o no tengas alguna ITS. Si resulta positivo el resultado debes saber que tú como adulto eres responsable de tu propia salud, y que si te atreviste a tener sexo sin protección, fue por decisión propia. No le tengas miedo al resultado, sino al que podría pasar si vivieras día a día sin saber si alguna salida de cruising generó en tu cuerpo alguna afección. No quisiera decirlo porque puedo sonar conformista o sínico, pero vivir con una ITS no te hace menos hombre, ni te hace una paria, puedes seguir teniendo sexo cada vez que desees, pero siempre usando condón. Disfruta de tu cuerpo y tu sexualidad, y deja que tu ligue también la disfrute, sin riesgos.


8. NO TE ENVICIES. Todo en exceso es malo, y el cruising puede provocarte una adicción difícil de controlar. Está bien vivir siempre con ganas de coger, pero otra cosa es buscarlo todos los días. Ir de putivuelta a diario podría quitarte tiempo para hacer actividades más importantes, como dedicarte a tu trabajo, a la escuela o a tu pareja. Cuando más salgas de cruising, más se te hará una costumbre, pensarás en ello todo el tiempo y le restarás importancia a tus actividades cotidianas. Además, generas un índice de probabilidades mayores para vivir una experiencia desagradable o para ser detectado por la policía. Tomate tu tiempo para todo. El sexo no se va a acabar si sales de cruising sólo de vez en cuando.
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LA COLUMNA DE LOS CLANDESTINOS XI: CIBER OPEN


Ubicado en el 503 de la Calle San Luis, casi esquina con Allende, está Ciber Open, sólo a unos cuantos pasos de otro sitio de encuentro para hombres que tiene sexo con otros hombres, el famoso Gremio. De muy reciente creación, ubicado muy cerca del centro histórico, este nuevo ciber de ambiente se ha ganado un lugar especial en el gusto de muchos chicos potosinos. A destacar están sus instalaciones: pensadas para el disfrute de todos sus visitantes bajo un ambiente limpio, seguro y con un costo justo: 18 pesos la hora. Destaca el buen trato de sus propietarios, así como el de los chicos que atienden el negocio. Sus horarios son, si bien tengo entendido, de 11 de la mañana a 11 de la noche de lunes a domingo, y por si fuera poco está abierto los 365 días del año. Eso ya es un mérito, pues la calentura de los potosinos no respeta días festivos.

Al llegar encontrarás un ciber de apariencia muy limpia, creo que este punto es de destacar pues considerando que muchos de los que van lo hacen con la intención de tener sexo, no está demás echarle un trapazo a las máquinas y de paso aromatizar las zonas de ligue. Y en eso Open tiene un 10, es algo que se ve poco en esta clase de ambientes.

Open cuenta con cabinas al fondo del local (de dos pisos): en la primera planta tienen cabinas sencillas, con cortinas negras. La segunda cuenta con cabinas a puerta cerrada. En ambos pisos las cabinas tienen gloryholes, ¿no es eso excitante? Si lo tuyo es sólo mirar, puedes echar un vistazo discreto a la cabina de al lado y si a tu vecino esto no le parece incómodo seguro te permitirá echarte un taco de ojo. En la segunda planta además hay una modesta sala de convivencia con detalles orientales que le dan un toque armonioso, y un cuarto oscuro, no muy amplio pero hecho para lo obvio y por supuesto concurrido por aquellos chicos que prefieren salir de sus cabinas para tener algo “menos íntimo”, lo pongo entre comillas porque al ser un cuarto oscuro lo que se alcanza a apreciar adentro es poco pero sin duda el morbo de cualquier cuarto oscuro es el toparte con desconocidos en la oscuridad, entregarte al gozo de las caricias, los arrimones y ya estando a un buen faje, un trío o una mini orgía.

Ahora, voy a ser franco con lo que he visto las veces que he asistido a Open, para que no todo parezca un artículo de celebración y felicitaciones. Open es un lugar pensado para todas las edades, pero por un motivo curioso quienes más concurren son chavos de los 18 a los 30 años, a veces pareciera que su público es exclusivo de veinteañeros. A diario verás treintones y cuarentones y notarás una diferencia entre lo que es Open y, por ejemplo, lo que puede ser una Boxer Party de Cabritos, los vapores de La Central o una noche en El Gremio. ¿Quiere decir que Open es excluyente? Para nada, como ya he dicho el trato de los dueños es cordial y respetuoso. Pero esta clase de ambiente es más relajado y menos clandestino.

Gente a todas horas: sí. Delgados, gorditos, guapos, normalones, los que no se fijan mucho en el físico y se interesan más por echar pasión, así como los que te voltean la cara cuando no les gustas porque estas generaciones tienen una apropiación sobre el físico y la superficialidad tremenda. No está mal, es típico de estos y muchos lugares de ambiente la tendencia de encontrar divas o lo que consideran a la gente madura otra especie con la que no congenian. Los millenials parecen optar por sitios ordenados como Open, porque son generaciones acostumbradas al ligue a través de las redes sociales o los antros, y por tanto les ha tocado vivir menos el ambiente de clandestinidad del cruising. En Open es regular ver a los chicos dando vuelta tras vuelta, esperando la llegada del modelo de revista. La cosa es que seguramente a la llegada de dicho semental, éste terminará fijándose en el chavo de finta chacal o caso poco común (risas) será pasivo como tú. Considero que la superficialidad es parte de los negocios en los que la clientela está compuesta en mayoría por jóvenes. En la cultura homosexual de San Luis Potosí pervive una ideología de merecer lo mejor por el hecho de considerarnos los mejores, de ahí a que la realidad sea distinta es algo que juzgarán los demás.

Si lo tuyo es un sitio en el que vas por una o dos horas a conocer sin sentirte comprometido a nada, Open te va a gustar. Pero si vas creyendo que adentro verás un show porno y mucha acción, es preferible que busques en los otros espacios que tiene San Luis. Y aunque como en últimos artículos he dicho que el cruising en San Luis está muriendo, creo que en la ciudad aún se pueden encontrar sitios en los que puedes dar rienda suelta a tus instintos sexuales de la forma que más te guste.

Open es un lugar para encuentros oportunos: vas, pides una máquina y de rato en rato te das una vuelta por el lugar para ver si hay algo que te guste y de hacer click con alguien proceder al cotorreo. Sin complicaciones. En fin, para todos hay lugares. Tienes que vivir la experiencia en carne propia y decidir si Open es tu mundo. Ya sea que vayas por curiosidad, por vivir una fantasía o para calar estos ambientes, ya sabes la dirección, el costo y los horarios.
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AMAR Y SER AMADO EN TIEMPOS DE GRINDR

¿En dónde han quedado aquellos tiempos en los que la comunidad homosexual se enamoraba por medio de miradas, de roces discretos, del amigo del amigo, de los sonrojos o de las pláticas secretas en alguna placita de la ciudad? Seguramente esos amores quedaron confinados en el mismo sitio donde la memoria desechó los años de clandestinidad, en los armarios de los que salimos hace años, en los saunas, en las salas de Latinchat y de Messenger, en los foros de relatos, en las fiestas del amigo maricón del amigo matadito de la secu del amigo gay de closet… El amor que se callaba por miedo a ser descubiertos y juzgados por una sociedad violentamente homofóbica quedó en el pasado y en su lugar se dejó el flirteo descarado, los amores de una noche con tu ligue del antro, los guiños del Manhunt, los superlikes del Tinder y los mensajes privados de Grindr.  

De todo esto comencé a pensar desde mi última visita a Queerétaro, precisamente el último día cuando a mi llegada a la central de autobuses noté que alguien me miraba desde lejos: el amigo de un chavo súper obvio, un chico de unos 27 años, como yo, alto y delgadito, morenito claro, de brazos trabajados pero estéticos y antojables. Me saqué de onda cuando él se cruzó en mi camino y me guiñó un ojo, mientras su amigo súper obvio se reía. Fueron una o dos miradas, antes de que yo me diera cuenta que me estaba “echando el can”, pero no fue hasta que despidió a su amigo obvio para que éste abordara su autobús rumbo a una ciudad en donde lo obvio tendría que llevarse en la sangre, que él se atrevió a acercarse a mí y lanzarme una sonrisa para que yo entendiera que él estaba interesado en mí en “buena onda”, que no le interesaba coger sino ¡hablar! Podría haberme mandado otras tantas señales pero lo nuestro no habría funcionado de no ser porque yo tuve la iniciativa de acercarme y saludarlo, arriesgándome a que él me ignorase o que todo hubiese resultado una tomada de pelo. Se me había olvidado cómo ligar, y aunque él había tenido ese detalle del guiño y la sonrisa, parecía tampoco saber cómo dar el siguiente paso. Me avergüenzo al reconocer que minutos antes tenía mi celular en la mano con Grindr abierto, conversando con algún chico de la ciudad, esperando que alguien me invitara a su casa a coger, a que hubiera un motivo con forma de culo o de pene que me hiciera quedarme más horas en Querétaro. Pero lo que me hizo quedarme un rato más fue, muy contrario de lo que habría imaginado, una sonrisa tonta y una plática de varios minutos en los que mi pene no tuvo protagonismo. Y lo mejor de todo, es que fue agradable.

Hace un año terminé mi último noviazgo (uno de conflictivos 7 años) y aunque todo fue para bien, ahora que estoy justo en los 27 noto que cada vez me cuesta más trabajo relacionarme con otros chicos y me pregunto si alguna vez volveré a “enamorarme” y que este sentimiento dure aún después de haberme corrido. Ya no recuerdo cuando fue la última vez que converse “en buen plan” por más de una semana con alguien en whatsapp o en Grindr. Y creo que fue hace mucho desde que pude hacer un amigo gracias a Manhunt. Lo mío, como lo de muchos otros gays, se ha convertido en una historia de agregar, quedar, coger, eyacular, ignorar y bloquear; de un ¿qué buscas?; ¿tienes lugar?; ¿te va un trío? Y cuando en verdad me he puesto serio y he querido hacer un amigo con deseos de hacerlo mi novio, la gente me ha resultado tan superficial que termina aburriéndome su existencia y termino por dejar de contactarlo. Pareciera que mi instinto para lograr una relación amistosa de forma racional en la que el sexo no esté de por medio a través de las redes sociales me es simplemente imposible.

Empiezo a creer que es cierto, que las apps no son para encontrar amigos o novio. Empiezo a creer que la libertad que ganamos los gays entre la sociedad generó una descomposición en nuestras relaciones interpersonales. Mi mejor amigo gay de la prepa parece ser la prueba viviente de ello: por más que ha intentado agarrar novio por este medio, se ha topado con chicos que lo buscan para tener sexo y que al mostrar él su intención “en buena onda” terminan desapareciendo de su vida. Bien dicen los blogeros de Estados Unidos que la nuestra es la “generación hookups”.

No quiero ser fatalista, pero me encuentro en esa etapa en la que siento que terminaré soltero y con el corazón igual de adolorido que el culo. Me preocupa sentir que el amor es una idealización y no una realidad. Y me desespera que al resto de los chicos a mi alrededor parezca valerles una mierda, tan es así que cuando me canso de pensar tanto en esto, a mí también termina valiéndome una mierda. Y vuelvo a abrir el Grindr, vuelvo a dar likes al por mayor en Tinder, y cuando un chico deja de responder mis mensajes después de dos días, encuentro a otro, y éste es sustituido por otro, y de ellos parece que el más interesado en iniciar algo más que pasajero está a 350 km de distancia de mi ubicación.

El amor gay en tiempos de las redes sociales está a disposición de unos pocos. ¿De los que quieren? ¿De los que pueden? ¿De la perseverancia o la suerte? En los perímetros de este mundillo gobiernan las divas; los mírame pero no toques; los no me mires, no me hables, no me toques; los nunca es suficiente para mí; los no eres suficiente para mí; los chancla que tiró no  vuelvo a levanta.; ¿Qué tan cerca estoy de llegar a formar parte de esa fauna?

Me parece patético decir esto ahora cuando hace apenas diez años pensaba que esta era la frase más estúpida del mundo: me quiero enamorar de verdad.
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