domingo, 23 de agosto de 2015

Dejad que los gays vengan a mí

Humboldt 52, el bar gay de moda, ya es la efigie del estereotipo. El show de la travesti que interpreta a Rocío Jurado entre espasmos y golpes a puño cerrado en el medio del pecho, y la congregación de pingueros con sus viejos extranjeros colgándoles del cuello como arrugadas mantas de visón. “Dejad que los gays vengan a mí”, parecen decir los dueños de Humboldt 52, que no abrieron el bar porque son muy buenos, sino porque son muy inteligentes. Los dueños se dieron cuenta (y no son los primeros en hacerlo), de que si un público paga lo que tenga que pagar por tener dónde divertirse libremente en las noches es el público gay. Con la apertura al Cuentapropismo y la aprobación de la Ley de Inversión Extranjera en Cuba, más de un negocio particular ha pensado seriamente en volverse homosexual. Ahora ser amistoso con la causa gay es rentable en La Habana. Humboldt 52, estratégicamente ubicado cerca de las calles 23 y Malecón y, por tanto, en uno de los circuitos nocturnos gay más activos en La Habana, abre todos los días de la semana, desde el 25 de mayo del año pasado. Mariela Castro estuvo en su inauguración. El Gueto La idea del gueto cuando vas a las fiestas gay no es tan descabellada. Muchos de estos sitios nocturnos son lo más parecido a cofradías estrictamente cerradas y exclusivas, donde las personas homosexuales se recluyen del mundo externo, y se confinan a un aislamiento que es el resultado inconsciente de la propia búsqueda de la libertad: la libertad, por error, trocada en encierro. Hace un mes le hice la pregunta a Mariela Castro. ¿Es el gueto lo que suprime la exclusión? Mariela Castro respondió: “Lo que nosotros defendemos es que la población LGBTI[1] ocupe los mismos espacios que la población heterosexual. Hay lugares en los que espontáneamente ha surgido este tipo de espectáculo donde va población LGBTI. Para nosotros no están considerados como guetos, sino como espacios artísticos de preferencias culturales. No estamos a favor del gueto, sino de la integración social: que todos participemos en todo”. Federico Graña, un activista uruguayo que estuvo de visita en Cuba durante el mes de mayo cuando se celebró la VII Jornada Contra la Homofobia, habló de cómo se han operado en Uruguay los cambios en favor de la inclusión de la población homosexual en las dinámicas comunes. “En Uruguay –cuenta Federico- hace tres años dos muchachos que se besaron en una discoteca “heterosexual” fueron expulsados de allí. Esto causó un escándalo, y a raíz del hecho se realizó gran cantidad de “movidas”. Así es que se avanza. “Veo que aquí hay un proceso para generar los cambios necesarios a través del Código de Familia. Eso hay que acelerarlo”. “En mi país nos reunimos con sindicatos, con feministas, con organizaciones afro, o sea, intentamos incluir en nuestra causa a una plataforma social amplia. En 2004 las encuestas en Uruguay decían que solo el 38 por ciento de la población apoyaba las uniones de parejas del mismo sexo. A los pocos días de aprobarse la ley se hizo una encuesta que arrojó un 56 por ciento de la población a favor de la ley. Y eso se construyó en 10 años. Cambiándole la cabeza a la sociedad”. La subasta Pasa una cosa en Humboldt 52. Algo que da ganas de esconder la cara entre las manos. Que te pone a pensar en qué momento todos los lugares nocturnos gay desembocan en lo mismo, incluso los que, como Humboldt, están llenando el ostensible hueco que ha dejado la homofobia secular en Cuba. Los viernes, durante el show semanal de la travesti Gala, los dueños del bar llevan a algunos strippers rudos y de hombros curtidos para cebar el morbo de la multitud.

Nótese que los strippers en la mayoría de los sitios nocturnos gay son básicamente los mismos. Muchachos que en su  mayoría se dicen heterosexuales, pero que cuando bajan del escenario y se ponen toda la ropa que se habían quitado, pasean y pasean por el club, macizos y estúpidamente orondos, y terminan algunas veces enredados con alguna groupie o con algún extranjero. Al gay común no lo miran, siempre tienen los ojos puestos en presas más poderosas. En Humboldt 52, sin embargo, las caras de los strippers son caras diferentes, aún tímidas. Rostros principiantes que ahora pasan alguna clase de entrenamiento inicial. Pupilos que nadie sabe de dónde salen. La travesti los presenta y luego les echa encima pomos de agua mineral, y la gente se vuelve loca cuando los ve secarse el pecho con el dorso de sus manos rústicas. Entonces la travesti, que no tiene una idea ni así de cercana de lo que es animar un show, dice, en tono gracioso, unas líneas parecidas a estas: - “Miren, señores, aquí tenemos a este hermoso ejemplar rubio. ¡Qué ojos, señores, qué ojos! Miren, señores, a este ejemplar moreno, para los que les guste el color púrpura”. Y lo primero que a uno le viene a la cabeza es una subasta y la travesti diciendo “¿quién da más, señores, quién da más?: queda esta bicicleta vendida al caballero de la segunda fila”. Lo que debería ser sexy se convierte en un episodio grotesco y repugnante. En el bar gay de moda el cuerpo del hombre es, los viernes, una vulgar atracción de feria. Antes los despreciábamos, ahora les sacamos el dinero Hace aproximadamente un año, cuando Humboldt 52 apenas comenzaba, Le  Chansonier, un bar-restaurante del Vedado, se volvió gay de la noche a la mañana. Le Chansonier fue durante un tiempo el sitio nocturno de moda para muchos gays. Cuando cerró repentinamente (dicen que por una bronca),  Humboldt, que hasta el momento era un bar inofensivo poco tomado en cuenta, y que solo se llenaba medianamente algunos fines de semana, comenzó su etapa dorada. Otros negocios particulares no han tenido tanta suerte como Humboldt, donde los dueños deben estar haciéndose millonarios. Entre otras cosas, el progreso de cualquier negocio particular depende de su ubicación física en la ciudad. No hay mayor cantidad de gays reunidos en La Habana que en las cercanías de 23 y Malecón. Humboldt está a solo una cuadra del Malecón. Las Estaciones, por ejemplo, es un bar particular de condiciones muy decorosas que comenzó hace apenas 4 meses dedicando la noche del jueves al público gay, y aunque ha dado resultado (ya además del jueves abren los viernes y los sábados para este público) queda en la Habana Vieja, perdido entre calles poco populosas. Los bares tienen una ventaja y es que no tienes que pagar para entrar. Te puedes pasar la noche (y es lo que hacen muchos)  esperando que alguien te invite a un trago o alargando una cerveza. Una cerveza allí es como para alargarla lo más que se pueda. La más barata ya está multada. Los cocteles están de 2 cuc para arriba. Y 2 son 4 y  2 son 6 y dos son 8, y sin darte cuenta puedes gastar cuatro sueldos antes de que el bar cierre, a las 4 de la madrugada. Un par de años atrás ningún negocio (ni particular ni estatal) dedicaba un espacio diario y públicamente asumido para los gays El homosexual ha sido, históricamente, una de las escorias más perniciosas ora para la Revolución, ora para una parte grande de la sociedad machista cubana que no iba a permitir que dos tipos se cogieran de la boca frente a ellos. No es malo que abran lugares permisibles para los gays ahora, lo malo es que el beneplácito se lo cobren tan caro. Lo malo es darse cuenta de que la moral, además de con el tiempo, cambia con el dinero.
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La Habana gay, ocho lugares imprescindibles

Los locales de clientela gay crecen en La Habana. La web Cuba Absolutely, una guía para el entretenimiento en la capital cubana, recoge los mejores lugares de la ciudad para este tipo de ambiente.

Desde hace algunos años, el turismo gay y la vida nocturna está viviendo en la Habana un momento de expansión. Son muchos los locales que han abierto sus puertas y que gozan de éxito, como lo recoge la página web especializada en ocio Cuba Absolutely en un artículo en el que recomienda los mejores lugares para vivir la noche en un ambiente gay en la capital.
 
Humboldt 52
De este bar inaugurado en mayo de 2013 destaca la amabilidad de su personal, y la posibilidad de encontrar gente de todo tipo. Se trata de un local con muchos asientos, televisores de pantalla grande donde se proyectan vídeos de música, fundamentalmente artistas cubanos, y con una gran pista de baile.

Son habituales las actuaciones de karaoke, y los miércoles un dúo de ópera que ameniza las noches. Humboldt #52, e/ Infanta y Hospital, Centro Habana. Tel: (+53) 5-330-2989. De 8 pm a 4 am.
 
Cabaret Las Vegas
Aunque no es de los más grandes, sí es un clásico lugar de reunión para homosexuales. Se trata de un lugar oscuro y lleno de humo, lo que hace que muchos no se acerquen, aunque el espectáculo de las 23:00 vale la pena y puede servir como anticipo o complemento a la visita al Humboldt 52. Infanta # 104, e / 25 y 27, Vedado. Tel: (53) 7-870-7939; abierto todos los días de 10 pm a 4 am.

Escaleras al Cielo
Esta discoteca es un lugar de moda cada viernes por la noche, cuando la juventud cubana gay se agolpa en su gran pista de baile al son de un DJ en vivo. Hay una bola de discoteca y un sistema de luces láser sorprendentemente sofisticado para Cuba.

Uno de los más conocidos de La Habana, en el que tampoco faltan las mujeres y hombres que realizan actuaciones. Zulueta # 660 e / Apodaca y Gloria, La Habana Vieja; Tel: (53) 7-861-9198; abierto los viernes de 10 pm a 3 am.



Cine Club Diferente
Este es uno de los mayores lugares para encuentros del colectivo homsexual de Cuba, que tiene lugar cada mes en Cine 23 y 12, regentado por el conocido crítico de cine Frank Padrón, lo que da como resultado un local en el que el celuloide tiene un papel especial y se pueden ver películas que tocan temas de diversidad sexual como Outrage o Harvey Milk, además de la clásica Fresa y Chocolate. Situado en Calle 23 e / 10 y 12, Vedado, el segundo martes de cada mes a las 20:00 h.

Fashion Bar Habana
Uno de los pocos clubes de travestis de Cuba. El propietario, conocido como Luisito, pasó muchos años en Holanda, antes de regresar a la isla, y sabe cómo hacer pasar a sus clientes un buen rato en el local. Según Cuba Absolutely, el personal es magnífico, y el ambiente adquiere más grados a partir de las 23:00 h con un espectáculo de danza muy singular.

Se recomienda hacer reservaciones. San Juan de Dios, esq. un Aguacate, Habana Vieja; Tel: (53) 7-867-1676; abierto los sábados de 9 pm a 4 am.


Café Bar Madrigal
Dicen de este lugar que uno se siente más en San Francisco que en La Habana. ¿Por qué? Decoración pop art, los cócteles de lujo, y la actitud del personal, hacen de este lugar de reunión en un segundo piso un sitio de encuentro para todo tipo de personas, incluyendo a hombres y mujeres homosexuales de 25 a 45 años. 

Un hombre sostiene la bandera gay en una playa de La Habana.Un hombre sostiene la bandera gay en una playa de La Habana.
Lo que este lugar tiene a su favor son los confortables asientos y áreas tan cool como su terraza y la sala de estar, donde también se degustan deliciosos postres. Tiene su parte negativa según la página web, ya que todo el interior es de ladrillo y puede ser ensordecedor cuando hay multitud. Calle 17 # 809, e / 2 y 4, Vedado; Tel: (53) 7-831-2433; abierto de martes a domingo 6 pm a 2 am.

Café Fortuna
Este rincón está algo alejado de la zona de moda, pero dicen de él que es tan acogedor como un local del West Village neoyorquino, con una decoración interior a juego. Hay máquinas de escribir antiguas, radios y otros objetos curiosos que cuelgan de las paredes, y cosas raras como una bañera para dos o un viejo coche americano para relajarse con un capuchino.

Los que desean fumar encuentran aquí un buen lugar para hacerlo, y los que quieren una amplia variedad de especialidades de café bien hecho también lo tienen. 3ra Avenida, esq. un 28, Miramar; abierto todos los días 8 am a 10 pm.

Bar Bohemio
Si buscas un bar relajado, con un ambiente tropical y chill en La Habana éste es el escogido. Propiedad de una pareja de bailarines de danza contemporánea ya retirados, este local restaurante está situado en una mansión del Vedado con estilo sofisticado casual y una terraza llena de plantas, iluminación cálida y sillones individuales.

Lo recomiendan para una primera cita, por ejemplo, por su acogedora atmósfera. Calle 21 # 1065, e / 12 y 14, Vedado; Tel: (53) 7-833-6918; cerrado los lunes.

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