Ya sabemos que el sexo es una cosa que tiene para dar giros, volteretas, retorcidas. Hasta podemos ponernos de inventores y sacar provecho de cosas que en la vida nos habríamos imaginado. El sexo puede ir desde lo común y ligero, hasta lo cachondón y lo incomprensible. Pero eso es, creo yo, lo fascinante que tienen las relaciones íntimas, pues nos ofrecen la oportunidad de explayarnos, de conocer y de seguir experimentando nuevas y viejas sensaciones, a veces de lo más naturales y otras sencillamente bizarras. Por eso vamos a hablar de lo que más nos pone a la hora de imaginar y planear el siguiente acostón con el novio o el amante en turno: fantasías. Así que pónganse cómodos y que venga toda esa estimulación, ojalá y les sea de utilidad.
1.- El trío: ¿Por qué será que la idea de tener sexo con dos personas al mismo tiempo nos resulta tan excitante? En otro artículo ya habíamos hablado acerca de los pros y los contras de esta práctica, así que en este sólo nos remitiremos a analizar el significado del trío. ¿De qué trata un trío? Para empezar tiene dos caras: la confianza absoluta si se decide hacer entre novios, o la desinhibición y el morbo si es sólo un antojo casual.
Resulta que a buena parte de los hombres nos encanta imaginar la fantasía de tener sexo con el novio y con otro chico, o simplemente entre dos amigos y sí, por qué no, con desconocidos o amigos sexuales. Si eres pasivo seguramente te enciende la sola idea de imaginarte en cuatro, mientras que uno te penetra y otro por delante te ofrece su pene para que le realices sexo oral. Pero si eres activo, quizá se te antoje darte el lujo de ser quien tenga el mando, con dos hombres pasivos para que cumplan cada una de tus fantasías. Y la idea de tener a dos chicos para ti solo, no pinta nada mal. El hedonismo puro.
2.- Dominación: a muchos chicos pasivos les encanta la idea de ser controlados sexualmente por un hombre dominante, con características físicas que siempre lo pintan musculado, rudo, de carácter fuerte y de morbo encendido. Es una fantasía interesante, debido a que entre aquellos que les agrada practicar el juego del amo y el esclavo, suelen aparecer sorpresas inesperadas, como activos que se sienten excitados por la idea de perder el control y entregarse a los deseos del otro, hasta el punto de convertirse en el pasivo de la relación.
Es un juego dinámico, puede ir desde lo fuerte a lo ligero. Si eres primerizo te recomiendo que no intentes romper muchas barreras y te lo tomes con tranquilidad, el juego de la dominación conlleva también muchos riesgos, y si lo que quieres es iniciar de lleno en esta práctica tienes que considerar que pones en juego varios factores, que no todos estamos dispuestos a perder: para empezar la dignidad, hay a quienes les encanta convertirse en esclavo con todas las de la ley, ser el “perro” obediente sin oportunidad de negar o imponer nada. Segundo, tu estabilidad emocional, si no estás preparado ni totalmente seguro, puede que tengas una mala experiencia que después te perjudique en tus relaciones posteriores, hay que saber poner límites y dejar que el juego se quede en la cama y no pase a la vida casual, ya que puedes encontrarte con gente que se aproveche de esta situación. Y en tercero, tu salud. En los juegos de sadomasoquismo se suele practicar de forma ligera y brusca algunas técnicas de dominación: nalgadas, latigazos, golpes en los testículos, en el pene, y conforme la adrenalina te hace ceder a tus propios deseos, se puede llegar incluso a otros juegos más extremos como el fisting (penetración anal con el puño), heridas, quemaduras, electrocución y asfixia.
Aunque la fantasía puede ser excitante, siempre hay que saber decir no, poner límites, no dejarse arrastrar por el juego hacia situaciones que atenten contra tu vida, y sobre todo tener una buena relación entre amo y esclavo.
3.- Cruising: mejor conocido por acá como sexo clandestino, es la fantasía que se da a partir de la práctica de fajes, cachondeo y de sexo en espacios públicos: parques, baños de centros comerciales, cines, clubes, etc, en saunas, estacionamientos, lotes baldíos, lugares en construcción, entre muchos otros. Dicha fantasía surge sobre todo entre los amantes de la adrenalina y es una práctica cada vez más conocida y realizada. La idea es controversial, ya que aquellos que deciden vivirla, se enfrentan a riesgos como la vigilancia policial, propensión a asaltos o humillaciones si llegan a ser descubiertos.
Pero dejemos atrás lo negativo y centrémonos en lo positivo de esta fantasía entre hombres que realizan sexo con otros hombres.
Puede que no te hayas enterado, pero el cruising suele ser la forma de desahogo que tienen muchos hombres; tenemos a los casados que acuden de vez en cuando a baños públicos para darse su taco de ojo, a tocar o a solicitar sexo oral a quien sea el buen samaritano sexual. Otros, quizá por el estrés en el trabajo, salen de noche en su auto, o bien salen de caminata por el parque o la plaza, en busca de un encuentro sexual.
Si bien, esta fantasía puede quedarse en la imaginación, si es practicada puede transformarse en una nueva forma de entender el sexo fácil y el amor a lo clandestino.
4.- Sexo con un heterosexual: bueno, esta fantasía debería haber aparecido en primer lugar, porque es tan trillada como los tríos, pero decidí dejarle el cuarto puesto para mantener la emoción.
Cuando digo que todos, es porque todos hemos fantaseado alguna vez con tener un revolcón con algún hetero. Desde tu mejor amigo de la secundaria, al novio de tu mejor amiga o el papá de tu mejor amigo. Y lo gracioso es que aunque pueda pensarse que es una de las fantasías más difíciles de cumplir, resulta que según estudios, existen muchos hombres heterosexuales que al menos una vez en la vida han probado con otro de su mismo sexo, ya sea por curiosidad o porque el experimento les resulta grato.
Así que si esta fantasía también está en los primeros lugares de las que deseas realizar, no desesperes que habrá algún buga por allí que se preste a juguetear contigo. Sólo no creas que por ello tu mejor amigo será el elegido, que no es así de sencillo. De momento, tú puedes seguir fantaseando con el tipo fornido que te sacaba pleito en la secu, el mecánico que te arregló el auto esta mañana o el vecino chacalón que se ufana de ser el mejor en el sexo.
5.- Orgías: ésta fantasía es muy parecida al trío, pues se trata de la participación de dos a más personas que tienen encuentros sexuales. La idea en sí misma es la ruptura de los límites, al dejar los tabúes atrás y entregarse al placer en grupo, se rompe con la creencia de la monogamia. En una orgía se entrega y recibe placer al por mayor. Claro, esta práctica no es para todos, y para los que les resulta atractiva y deciden llevarla a cabo, saben que hay un riesgo que se intensifica si no se hace de la forma adecuada ni se toman precauciones: la salud. Pero eso claro, es de cada quien, y siendo adultos sabemos lo que podemos hacer si queremos. Y si lo hacemos, espero que haya muchos condones de por medio.
6.- Sexo por dinero: ya sea que tú lo contrates o seas tú quien preste el servicio. De las fantasías es una de las que casi nadie se atreve a confesar que le excita. Vemos la prostitución como un tabú. Pero si lo piensas un poco no tiene nada de malo dejarse llevar por este placer, mientras no exista nada ilegal por detrás. Tampoco hay porque hacernos los prejuiciosos y decir que no es correcto. Como fantasía, el morbo del sexo por dinero reside en la idea de hacer algo “inmoral” y clandestino.
7.- Fetiches: esta fantasía es muy diversa, la fijación humana por cualquier cosa puede sorprendernos. Los fetiches homosexuales no son la excepción. Desde el morbo que nos provocan los hombres velludos, los osos, hasta los musculados. Hay quienes fantasean con besar los pies de un hombre, los que sienten excitación por vestir de cuero, los que consideran atractivo los olores corporales, como los que gustan vestirse como una mujer, actuar y ser tratados como una en la cama.
Todos tenemos un fetiche pero pocos lo aceptamos, ¿por qué? Porque nos cuesta justificar el por qué sientes más gusto por una cosa que por otra. Por eso entre las fantasías, suelen ser las que más mantenemos en privado, que sólo nos atrevemos a hablar con algunos, generalmente porque también tienen el mismo fetiche, o porque se logra un dialogo en común. Creo también que el hecho de que a ti te excite alguna cosa extraña, no es motivo para sentirte avergonzado ni una razón para que no disfrutes del sexo si no tienes la motivación que te provoca el fetiche, porque después de todo, muchas veces sólo se quedan en la fantasía.
8.- Sexo con el profesor: muy parecida a la de coger con un heterosexual. Aunque claro, entre tantos profesores, alguno de ellos tendrá que ser homo y quizá sea el que te guste. Como sea que la suerte te pinte, la idea de hacerlo con un hombre maduro, con porte y que aparte se encuentra en tu círculo de enriquecimiento intelectual, tiene mucho morbo, pues a quien no se le ha antojado bajarle la bragueta al profesor en plena clase y comenzar a darle una mamada, para la envidia de todos.
9.- Voyerismo: la fantasía del voyeur no es una de las que más se practican, y como muchas son de las que se quedan en la imaginación. Pero eso sí, todos tenemos nuestro lado voyeur y es la razón por la que la industria del porno gana tantos millones día a día. La idea de ver a otra persona desnuda ya es por sí sola muy morbosa. Y si además podemos ver a esa persona desnuda y teniendo relaciones, la excitación aumenta. Quizá te suene raro pero hay hombres que les basta con sólo mirar en vivo a otra persona desnuda o a personas manteniendo relaciones sexuales, para tener su propio orgasmo.
10.- Parafilias: el tema de las parafilias puede semejarse bastante a los fetiches. Sin embargo tienen referencias distintas: mientras que el fetiche es una fijación, la parafilia suele ser catalogada más como un trastorno psico-sexual donde el individuo siente excitación por cosas desde lo más extrañas a las más simples. Ok, pero eso no suena tan mal, lo sé. La cosa es que la parafilia es vista como un tabú, se da en menor cantidad de gente y por lo general son bastante discriminadas en el índice de lo que es placentero y aceptable para el resto de la sociedad.
De hecho sucede que entre los hombres es más común la práctica de las parafilias, porque entre hombres hay menos inhibición y vergüenza, por tanto si tienen este gusto en común habrá posibilidad de deleitarse, por muy bizarro que nos parezca.
Tenemos a los que les excita orinarse sobre la ropa, como a los que les gusta beber o ser rociados con orina de otra persona. Los que sólo pueden tener orgasmos por medio de juguetes como muñecos con figura humana, a los que les excita tener sexo con animales, o los que no ven nada desagradable jugar con las heces fecales, propias o ajenas. Hay chicos jóvenes que aman sostener encuentros con ancianos, otros a los que les gusta asfixiar a la pareja mientras tienen un orgasmo, o los de plano hartos de los vivos prefieren la compañía de un cadáver.
Pues claro, cómo no va a sonar a trastorno si sobrepasa lo descabellado. Sin embargo, alguna vez escuche decir a un chico homosexual que el hecho de que no se sintiera mínimamente atraído por una mujer, no era razón para considerarlas repulsivas y abominables. Simplemente se pasaba de largo, sin juzgar ideas ajenas. Con las parafilias hay algo de esto, pues aunque a mí o a ti nos resulten incomprensibles y nada atractivas dichas prácticas, habrá otros a los que sí, y si encuentran con quien llevarlas a cabo, bien por ellos, porque no hay nada más enriquecedor que el placer por hacer lo que nos gusta.
