sábado, 26 de diciembre de 2015

Los mejores bares gay del mundo


Los clubes nocturnos van y vienen, los que se consideran hot el día de hoy, mañana agonizan por atraer clientela. Sin embargo existen algunos a nivel mundial que se han mantenido en el gusto del público por su originalidad, buen gusto o fiestas extremas. A continuación te presentamos algunos de los mejores bares gay del mundo para que los pongas en tu mapa y los visites algún día.

The Abbey, Los Ángeles

Fue votado como uno de los mejores bares gay del mundo en el concurso TripOut Gay Travel Awards organizado por la cadena LogoTV. Con un historia de más de dos décadas, se ha consolidado por su buen ambiente, su excelente decoración y buen servicio. Es un lugar no solo para bailar sino también para comer delicioso, su restaurante es visitado por celebridades, turistas y locales.

Se ubica en West Hollywood y es frecuentado no solo por gays y lesbianas, sino también por sus amigos heterosexuales quienes experimentan su primera visita a un bar de ambiente. Es el lugar más trendy de la cosa oeste de los Estados Unidos.


692 North Robertson Boulevard, West Hollywood, CA 90069, Estados Unidos

The Week, Sao Paolo




Desde su apertura ha sido una de las discos más comentadas no solo de Brasil sino de Latinoamérica entera. Se extiende por casi 6,000 metros cuadrados en la zona de Lapa en donde miles de paulistas se reúnen cada fin de semana para disfrutar de sus dos pistas de baile, sus jardines, piscinas y área VIP.

The Week ha sido motor del cambio en la escena nocturna LGBT, un paraíso para los descamisados y “Circuiteros”. A lo largo de sus once años ha logrado expandirse a otras dos ciudades del país sudamericano: Río de Janeiro y Florianópolis. Ningún viaje a Brasil está completo sin una visita a esta disco.


Guaicurus, 324 – Lapa, São Paulo – SP, 05033-000, Brasil

The Royal Vauxhall Tavern, Londres

Es toda una institución en el ambiente LGBT del Reino Unido no solo por la trayectoria del Pub, sino también porque se aloja en un edificio catalogado como histórico por las autoridades londinenses.

Todos los días ofrece un tema diferente para divertir a la clientela: Presentaciones de comediantes, noches de cabaret, concurso para “Drag Queens” debutantes y las tradicionales tardeadas domingueras con sets de 10 horas de música continua con Dj’s residentes e invitados. No te lo pierdas si deseas experimentar un Pub inglés diferente.


372 Kennington Ln, London SE11 5HY, Reino Unido

Fly 2.0, Toronto




Muchos lo recuerdan como el Babylon de la serie Queer as Folk (si naciste en los 90’s corre a ver la serie hoy mismo). Un gigantesco espacio de tres pisos donde se han dado cita los mejores Dj’s del mundo. La fiesta empieza pasada la media noche y se extiende hasta las 5 de la mañana. La clientela es en su mayoría jóvenes en sus 20’s quienes no paran de bailar en toda la noche.

No es un lugar económico pero su espectáculo de Go go dancers y Drag Queens lo valen, si llegas antes de las 11 de la noche entrarás con un descuento. Visita su página para eventos especiales.


6 Gloucester St, Toronto, ON M4Y, Canadá

Berghain / Panorama, Berlín




Es la catedral mundial de la música Techno establecida en lo que antiguamente era una central eléctrica de Alemania del Este. Las colas para entrar son tan interminables como la fiesta en su interior. Aunque funciona todas las noches la verdadera acción se espera los fines de semana cuando abre sus puertas desde el sábado y no las cierra hasta el lunesa medio día.

Si te crees tan bueno como para aguantar ese nivel de desenfreno, debes saber que es visitado por personas de todas las preferencias sexuales quienes se entregan a sus más bajas pasiones en los cuartos obscuros esparcidos por todo el establecimiento.

Los videos y fotografías al interior están prohibidos (así de intenso es). Para que te des una idea de cómo es vivir esta experiencia, te dejamos pequeña probadita de sus instalaciones.


Am Wriezener Bahnhof, 10243 Berlin, Alemania

Le Queen, París

Un lugar súper trendy ubicado sobre Campos Elíseos, en pleno corazón de la capital francesa, Aunque entre semana está repleto de oficinistas, el fin de semana se da el lujo de contar con Dj’s reconocidos a nivel mundial.

Como todo en Paris más vale que lleves tus buenos euros porque el consumo no es barato, pero te garantiza una noche diviertida y quizá romántica en uno de los clubes más míticos de toda Europa.

79 avenue des Champs-Elysées, 75008 Paris


DJ Station, Bangkok




Es “la institución” de los clubes nocturnos gays en Asia, cuenta con tres pisos que se abarrotan todos los fines de semana. Si vas de ligue, más te vale darte una vuelta por el segundo nivel que es donde se da todo el “cruising” mientras que el primer piso está destinado a los shows y al baile.

Y como las Drag Queens parecen hablar el idioma universal, ahí les va un video del DJ Station

El club se encuentra al final del callejón Silom Soi 2 donde se localizan todos los bares gays de la ciudad, el precio de la entrada incluye dos bebidas de cortesía.


2/2 ถนน สีลม Silom, Bang Rak, Bangkok 10500, Tailandia

Evita, Tel Aviv




La capital de Israel es una de las ciudades más gayfriendly del mundo. A diferencia de otros lugares, en Tel Aviv la vida nocturna se lleva a cabo principalmente en “fiestas”, sin embargo el Evita se ha logrado mantener en el gusto de los israelitas y visitantes extranjeros.

Ya sea en el interior del bar o en las mesas colocadas en el exterior, es un buen sitio para ligar y enterarse de la movida y las fiestas en la ciudad.


Yavne St 31, Tel Aviv-Yafo, Israel

Como verás, el ambiente festivo se dan en cualquier punto del planeta. ¿Y tú ya has ido a alguno de ellos? ¿Cuál de los mejores bares gay del mundo te gustaría visitar? No olvides escribirnos tus comentarios y recomendaciones de otros lugares que posiblemente no hayamos mencionado. #nuncadejesdebailar

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Guía Gay de Montevideo

Desde hace algunos años, Uruguay se ha potenciado como destino gay friendly, con propuestas turísticas de alta calidad orientadas al sector LGBT. La mayoría de esas propuestas se concentra en Montevideo, una ciudad que cautiva al turismo gay con su diversidad cultural, su espíritu abierto y su vocación de servicio. La ciudad tiene mucho para ofrecer tanto turistas que llegan en soledad buscando diversión y nuevos vínculos como a las parejas homosexuales interesadas en conocer el lado más chic de Montevideo.

Eventos gay friendly en Uruguay

Septiembre es declarado el “Mes de la Diversidad” en Uruguay, donde se celebra la diversidad sexual a través de una gama de eventos también diversa. Entre las actividades más importantes está la multitudinaria “Marcha de la Diversidad” festejada el último viernes de septiembre lo largo de la Avenida 18 de Julio, desde laPlaza Independencia hasta la Plaza Libertad. El desfile, colorido y alegre, culmina con música en vivo y fiestas temáticas en los principales boliches gay friendly de la ciudad.

Boliches gay en Montevideo

Montevideo tiene tres discotecas ya tradicionales donde se concentra el público gay: la más antigua es "Caín" (en Cerro Largo y Arenal Grande), a la que concurren en especial los más jóvenes. Tiene una buena infraestructura, shows de transformistas y DJ reconocidos nacionales y extranjeros.

"Il Tempo" (en el Parque Rodó) y "Small Club" (Brandzen 2172, bis) trabajan en forma conjunta. La primera es una discoteca y el segundo un pub, estilo café concert, donde se puede cenar, tomar algo y es habitual hacer la denominada "previa" a la discoteca.

La otra discoteca es "Chains" (en Soriano 827), que cuenta con espectáculos de humor y transformismo.

"Estos son los lugares más exclusivos de la noche montevideana, aseguró Ariel Núñez, de Gay Travel Map (una guía de servicios para el turismo gay que se edita en varias ciudades de América), quien reside en Buenos Aires.

"Si tenemos que hacer comparaciones, que siempre son odiosas a mi parecer, podemos decir que la noche porteña dura toda la semana, cosa que no ocurre en Montevideo", donde la movida va de miércoles a domingo, comentó.

Núñez señaló que otro "movimiento importante que se está dando" es la movida teatral, "que en Buenos Aires cuenta con gran cantidad de obras temáticas". Agregó que en Montevideo "está empezando a armarse un movimiento teatral con obras autóctonas".

Turismo.

Uruguay capta una parte significativa del turismo gay de la región, hasta el punto que fue catalogado como el país "más amigable" para el turismo gay en América Latina y el sexto en el mundo por la revista Spartacus (referente mundial del turismo de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales (LGBT).

Adrián Russo, representante de la Mesa de Turismo Friendly en el Conglomerado de Turismo de Montevideo, destacó la profesionalización del sector. "Hay más hoteles, más entretenimiento, mejor gastronomía, más oferta cultural" para ese segmento", dijo.

Según Ruso, las discotecas y pubs eran "una necesidad del colectivo" de tener lugar "donde no se viviera la discriminación que podía existir en otros lugares". "Hay mucha gente que se pregunta si una discoteca gay no está discriminando" a otro sector de la población. "Lo que pasa con esto es que la gente de la comunidad tiene un lugar donde estar tranquila con su pareja, sin que nadie les diga nada si se toman de la mano o se dan un beso", relató.

Agregó que él "no lo llamaría moda", pero "cada vez viene más gente heterosexual a bailar a lugares gay o gay friendly".

"Las chicas van a veces a lugares heterosexuales y los chicos las cargan o acosan; acá es más libre, vienen, disfrutan de la movida y listo", explicó.

"Creo que es otro punto de referencia. Antes había algunos lugares de heterosexuales donde la gente gay iba y se sentía bien, o iba directamente a un boliche gay. En este caso, el público heterosexual empieza a elegir el lugar gay por tranquilidad, más disfrute, porque dice que la gente es más divertida y libre. Eso también ha profesionalizado mucho y originado propuestas divertidas", sostuvo.

Ricardo Acosta es uno de los propietarios de "Caín", que en diciembre de este año celebrará 17 años de existencia. Dijo que el cambio más grande lo notó unos siete años atrás, "cuando Montevideo comenzó a identificarse con lo que venía de Europa, Estados Unidos o Buenos Aires, de salir del closet y de los derechos de los homosexuales".

"Empezó a haber una movida gay socialmente aceptada y valorada por los comerciantes", afirmó. Señaló que a "Caín" va también publico heterosexual. "Es un boliche hetero friendly. Antes quizás era más cerrado". La discoteca es uno de los lugares referentes para el turismo gay que llega al país. "Trabajamos con muchísimo turismo, en feriado largos y en vacaciones se llena de brasileños", que en general se informan antes de viajar sobre los principales centros de la movida nocturna gay.

Carlos Sarli, uno de los socios de Acosta, acotó que el fenómeno también se da desde el interior hacia Montevideo. "Empecé a darme cuenta de eso, de gente que viene a pasar el fin de semana para venir al boliche. Reservan hotel cerca y vienen del interior, donde no tienen muchas opciones". Contó que hay jóvenes que llegan con un bolso de ropa para cambiarse en el propio boliche.

"Si recorrés las discotecas, el espíritu que tiene una disco gay es totalmente libre. No está todo el mundo observando qué hacen los demás, como en una disco hetero, sino que cada uno hace lo que quiere. Esa es una característica que tiene `Caín` y a mucho público hetero le termina gustando eso de sentirse libre", agregó Sarli.

Tanto "Caín" como "Il Tempo" tienen previsto realizar fiestas hoy viernes, luego de la Marcha de la Diversidad

En tanto, una vez al mes se realiza la fiesta Zarp; el lugar varía en cada ocasión. Esta fiesta surgió de la iniciativa de dos amigos (Flavio Pazos y Raúl Almandós) de hacer algo distinto en la escena gay local.

"Notábamos la falta de propuestas para nuestros amigos y conocidos. Hace ya más de un año que nos encontramos con Raúl en un boliche y los dos poco conformes con lo que veíamos decidimos juntarnos y hacer esta fiesta". Debido al éxito que tuvo, "la gente nos pedía que hiciéramos otra, y así fue, que decidimos hacer una al mes. Intentando llevar a nuestros amigos a los mejores boliches o posibles locaciones de Montevideo", dijo Pazos.

La fiesta se hizo en W Lounge, Lotus y Plaza Arocena, entre otros sitios.

Marcha por la Diversidad

¡Ni un voto a la discriminación, los derechos no se bajan! es la consigna de la Marcha por la Diversidad que parte hoy a las 19:00 horas desde la Plaza Independencia y finaliza en la explanada de la Intendencia de Montevideo. Previo a la movilización, desde las 10:00 y hasta las 18:00, habrá 60 stands de artesanos y organizaciones sociales. La marcha se realiza desde 1993 y en los últimos años es de las actividades que más público convoca en Montevideo. La fecha se eligió fundamentalmente porque en septiembre surgieron las primeras organizaciones de la diversidad sexual en Uruguay. Los integrantes del colectivo Ovejas Negras prevén marchar con túnicas, significando la importancia de la educación y su transformación.

Saunas gay en Montevideo

Montevideo tiene algunas saunas exclusivas para gays, que funcionan como sitios de encuentro y espacios de relax: Horus Sauna (Julio Herrera y Obes esquina Soriano, domingos a jueves de 15 a 24, viernes y sábados de 15 a 8), Toronto Sauna Urban Spa (Tacuarembó 1531, lunes a viernes de 16 a 24, sábado y domingo de 16 a 2:00), Blue Cat Sauna (Democracia 1811, cerca de la Terminal Tres Cruces). Además de saunas, todos los establecimientos tienen bar, salas de relax y servicios de masajes y cabinas privadas.

Restaurantes gay friendly

En Montevideo existe una infinidad de lugares para salir a comer, donde los turistas gay más exigentes pueden disfrutar la mejor gastronomía en espacios libres y amigables. La Pasionaria combina sabores y diseño en su ecléctico local de Ciudad Vieja (Reconquista 587, teléfono +598 2915 68 52), donde coexisten un fresco restaurante, una boutique de diseño y una galería de arte.

Francis es uno de los restaurantes más sofisticados de Montevideo, ubicado en Punta Carretas (Luis de la Torre y José María Montero). Sirve exquisitos mariscos, parrilla de autor, pastas, platos mediterráneos y sushi. Don Koto (Colonia 1758, esquina Gaboto) es una propuesta acogedora donde sentirse como en casa y probar el clásico asado uruguayo. Las pastas, pizzas, cazuelas y postres caseros también brillan en el menú.

Alojamiento gay friendly en Montevideo

La Puerta Negra B&B es el primer bed & breakfast gay de Montevideo, orientado exclusivamente a hombres. De estilo hogareño, el hostal permite disfrutar en libertad todas las instalaciones de la casa, compartiendo vivencias con otros viajeros. Se ubica en un céntrico punto de la ciudad, en el barrio Palermo, Durazno 1525, esquina Salto.

En las afueras de Montevideo, a cien metros del mar en la Ciudad de la Costa, Our House Bed & Breakfast es una cómoda opción para parejas de la comunidad LGBT. Desayuno, piscina, jardín, transfers y recámaras bien decoradas son parte de los servicios de Our House, atendido por sus propios dueños, una pareja de hombres.

Hay otras propuestas gay friendly que si bien no son exclusivas para homosexuales, ofrecen todas las comodidades para una estadía placentera. Splendido Hotel es una excelente alternativa para vivir toda la movida cultural del Centro y la Ciudad Vieja, ubicado en Bartolomé Mitre 1314. Tiene agradables espacios comunes, cocina completa y habitaciones privadas y compartidas.
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lunes, 30 de noviembre de 2015

7 Lugares de Sexo Gay en DF México

El primer lugar es Un Depto en Viaducto.

Ubicación: Calzada de Tlalpan 458 Deptamento 1, Planta Baja. Metro Viaducto. Se encuentra junto a la Roticeria Molinos, es la reja del lado derecho, el timbre es el de hasta arriba.
Horarios: Los días son de Lunes a Sábado de 6:30pm a 10:30pm. Es indispensable llevar tu INE. Entran sólo hombres.
Cooperación: La cooperación es de Lunes a Jueves de $50
y los Viernes y Sábados de $70. ESTO SI LLEGAS ANTES DE LAS 8PM. Después de esa hora, sube $20.
Mécanica: La mecánica del lugar es que llegas, te cambias, pones tus cosas en una bolsa numerada (la cual va al guardarropa), entras y a coger. Según el día es la modalidad, los Martes, Jueves y Sábado es de Bareback
Bebidas: El costo de tu cooperación incluye: el acceso, y bebidas (agua, refresco, y jugo). En caso de querer bebidas alcoholicas, el costo por vaso es de $30 (Hay cerveza, tequila, vodka, etc).
Tipo de Gente: El tipo de gente es muy variado. NO HAY DISCRIMINACIÓN POR NINGÚN TIPO, ya que puede entrar un joven, un maduro, etc. Hay gente musculosa, delgada, etc. HAY PARA TODOS LOS GUSTOS.
El lugar es muy bueno. Yo lo recomiendo ampliamente. Los días que mejor se ponen son los Jueves, Viernes y Sábados. 

Segundo lugar es Camino Verde Ciudad Universitaria

Es un legendario lugar de encuentros gay en el sur de la Ciudad de México, paraíso al aire libre tanto para estudiantes del mismo Campus como para visitantes externos. Es un lugar donde puedes saciar tus más bajos instintos.
Lugar: El lugar se encuentra cerca del Metrobús Ciudad Universitaria (en el croquis se muestra un rectángulo de puras flechas que indican cómo llegar al antiguo camino verde, pues ese rectángulo blanco es el nuevo camino verde) está enfrente de la facultad de trabajo social.
Formas de llegar: Por metrobús, bajando en la estación Ciudad Universitaria, bajando de la escalera de caracol lado derecho, hay una estación de comida. y a ladito esta camino verde.
Por metro, llegas a la estación Ciudad Universitaria Línea 3 del metro, y tomas un Pumabús ruta 2 ó 4. Preguntas a los estudiantes del lugar. Y pides te bajen en la parada de Metrobús CU, y a ladito esta camino verde.
IMPORTANTE: Toda persona con ganas de coger puede entrar, El público habitual son estudiantes universitarios. Es recomendable llevar sus condones y lubricante, con el fin de prevenir enfermedades de transmisión sexual. Al ser al aire libre, no hay cobro. Es importante ser limpios y no dejar condones y llevarnos nuestra basura.
Dinámica: Entras, y empiezas a escanear el lugar y a los visitantes. En caso, de que se gusten, ustedes ya saben qué hacer: COGER.
Días: TODOS LOS DÍAS A CUALQUIER HORA. Pero se pone mejor los días Jueves, Viernes, Sábados de 8pm a 12pm.

Tercer lugar es el Cine Savoy

Dirección: Calle 16 de Septiembre, casi esquina con Eje Central. Estación más cerca San Juan de Letrán
Costo y Horarios: Abren toda la semana, el costo es de $40, a excepción de los miércoles que es de $30. El horario es de 10am a 9pm
Dinámica: Pagas, entras, hay dos salas, la de la parte de abajo es heterosexual, pero de lado izquierdo hay una escalera que te lleva a la sala gay. Ahí puedes sentarte y masturbarte, o dar rondines por la sala, y buscar que te la mamen o coger.
Puede entrar cualquier persona. Lo que más abunda son señores mayores de 40 años. Sólo mayores de edad, con INE
Los mejores días son en fin de semana, después de las 3pm. Te puedes deslechar más de 3 veces.

El cuarto lugar de encuentro es La Cantina El 33

El lugar es un bar/cantina ubicado en el centro de la Ciudad. Es un lugar para distraerse un rato, pasarla bien, y ¿porqué no? para coger y dar unas buenas mamadas.
Ubicación: Esquina de Eje Central y República de Perú 19. Metros más cerca Garibaldi y Bellas Artes.
Horarios: Los horarios son desde 3pm a las 11am del siguiente día. Abren de Miércoles a Domingo, pero lo mejor son los Viernes y Sábados pasada la mediancoche ya que llega de todo: Jóvenes, Maduros, Travestis, Mujeres, Bugas, etc. 
Precio: El lugar no cobra cover, sólo tienes que consumir. Las chelas están en $25 y las caguamas en $75. 
Dinámica: Entras, consumes, y subes al cuarto oscuro. Puedes hacer de todo, desde mamar, que te la mamen, coger, y lo que quieras. 
En lo personal me gusta ir, porque la música tú la pones, ya que hay una rockola. Hay show Travesti, y show de sttrippers. Y lo mejor, el cuarto oscuro, que se pone muy bueno. 

El quinto lugar de encuentro es el Tom´s Leather Bar 

Es un lugar de encuentro ubicado en la Condesa. Un poco al sur de zona rosa, sobre la Avenida Insurgentes. Un lugar destinado al sexo clandestino en su espacioso cuarto oscuro. 
Dirección: Insurgentes Sur No. 357, Colonia Hipódromo Condesa. Entre Metrobús Sonora y Campeche 
Horarios y Días: De Martes a Domingo de 9pm a las 3am
Precios: Los precios del cover son variados según el día y la fiesta temática. Este cover incluye un determinado número de cervezas. El costo varía de $150 a $250.
Concepto: El concepto del bar es de un ambiente medieval como de piratas, está conformado de cuadros y banderas de todo tipo. Tiene pantallas gigantes reproduciendo porno gay. El lugar cuenta con 2 pisos. Es un lugar más destinado a ligar y pasarla bien. Ir al cuarto oscuro y tener sexo oral, anal, etc. Tus fantasías se pueden hacer realidad, hay orgias!!!! SÓLO EL CUARTO OSCURO ES DESTINADO PARA ENCUENTROS GAYS. Hay shows de strippers.
Sólo se permiten la entrada a hombres mayores de edad, con INE en mano. No hay discriminación en cuanto a edad, situación económica o racial. Es un lugar de hombres y para hombres gays.
Es un lugar muy bueno, y muy recomendable. Recuerden protegerse. 

El sexto lugar de encuentro es El Club Antifaz

Es un laberinto oscuro sobre Eje Central, donde puedes satisfacer tus bajos instintos. 
Dirección: Eje Central Lázaro Cárdenas No. 130, segundo piso. A un lado del parque Vizcaínas y el Hotel Virreyes, saliendo del metro Salto del Agua línea 8, color Verde, dirección Garibaldi, es una marquesina negra con el No. 130, y sube al segundo piso y tocas el timbre. Hay un interfon abajo, en la entrada del edificio así que para accesar al edificio tendrán que tocar el interfon y ellos les abrirán, es por seguridad.
Horarios y Días: De Lunes a Domingo de 9am a las 11pm
Precios: El precio es de 60 pesos, el cual incluye la entrada y un locker para guardar tus pertenencias.
Un condón te cuesta 20 pesos, y la cerveza 25pesos. No hay agua, refresco o jugo gratis, todo se vende.
Concepto: El concepto del Club Antifaz es un laberinto oscuro, donde caminas y encuentras a hombres, con los cuales puedes entrar a unas de sus “cabinas”, para satisfacer tus necesidades.
Cuenta con un “bar” donde te puedes sentar a tomar una cerveza o cualquier líquido que te vendan. Cada día se manejan temáticas o eventos, en los cuales puedes entrar desnudo o con un tipo de calzón, estos eventos no se respetan porque cada quien entra como quiere, HASTA CON PANTALONES.
Sólo se permiten la entrada a hombres mayores de edad, con INE en mano. No hay discriminación en cuanto a edad, situación económica o racial. Es un lugar de hombres y para hombres gays.
Es un lugar bueno. En lo personal, me pareció agradable el lugar, pero le falta que inviertan en infraestructura, y ambientación. Se debeN de respetar las temáticas que se manejan, y no permitir la entrada de aparatos electrónicos o de ropa al lugar.

El séptimo lugar de encuentro es El Lollipop Bar

Dirección: Calle Amberes 14, Cuauhtémoc, Ciudad de México, D.F. Metro y metrobus más cercanos: Insurgentes 
Horarios y Días: De Jueves a Sábado de 9pm a 3am 
Precios: El precio es de 40 pesos, el cual incluye la entrada al lugar. Las bebidas tienen diversos precios, desde la clásica cerveza de 35 pesos, hasta el trago de 80 pesos, o la botella de 700 pesos.
Concepto: El concepto del bar es que cuenta con 3 niveles, en el primer nivel hay un karaoke, en el cual puedes sacar tus dotes de cantante, este nivel se abre desde las 9pm, el segundo nivel es más popero/electro en el cual puedes escuchar las clásicas cantantes pop: Madonna, Beyoncé, etc, este nivel se abre desde las 10:30pm. De igual forma, hay show travesti y de strippers en determinada hora
Y el último nivel que cuenta con una terraza, se pone música más tropical (salsa, cumbia, etc), este nivel se abre desde las 12am. En el último nivel es donde está el lugar que nos interesa, un cuarto oscuro o “dark room” como se le llama cuando van extranjeros. Es chico, pero se puede hacer de todo, está del lado izquierdo de la barra. Si no lo ubican, pueden preguntar a los meseros que están. Ellos les dirá cuál es
Sólo se permiten la entrada a hombres y mujeres mayores de edad, con INE, cartilla militar, u otra identificación oficial en mano. No hay discriminación en cuanto a edad, situación económica o racial. Es un lugar abiertamente LGBT.
Es un lugar bueno. En lo personal, me pareció agradable el lugar, varios conceptos en un sólo lugar
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viernes, 13 de noviembre de 2015

Promiscuos

La mayoría de mis amigos heterosexuales conocen todos los puteríos de Buenos Aires y sus esposas (salvo vos que me estás leyendo, no te preocupes) son cornudas. Cuando uno de mis amigos me contó que había ido por primera vez a un club swingger y empezó a describirme con lujo de detalles sus nuevas y apasionantes aventuras, no me aguanté más:
—Y después ustedes dicen que los promiscuos somos nosotros, ja ja
Yo estaba de novio en ese momento y no necesitaba a nadie más que a mi chico, y con eso no quiero decir que eso esté bien, mal, mejor o peor. Nada. Le pregunté entonces a mi amigo:
—¿Pero en los swingger no tenés que ir con tu mujer? ¿Cómo la convenciste?
—No, boludo. ¿Cómo voy a llevar a la mamá de mis hijos a un lugar así? ¿Estás en pedo? Levanté a una puta y llegamos a un acuerdo: le pagué y después, adentro, cada uno hacía la suya, pero tenía que decir que era mi novia —me explicó. Su novia terminó en la cama con otra que decía ser la esposa de alguien. Mi amigo hubiese querido que lo dejaran participar.
—Yo la quiero, vos sabés. Es la mujer de mi vida. Pero el hombre necesita variedad, ¿entendés? —me dijo otro amigo, como si pidiera disculpas (¿a mí?) por cornearla a la esposa, mientras me explicaba por qué se volteaba a una compañera del trabajo y a una minita que había conocido en el cumpleaños de otro amigo y a una ex novia del secundario y a…
Imaginate: cuando escucho que los gays somos promiscuos, me da mucha risa.
Hay cosas que no pueden negarse. En muchos boliches gays hay un dark room, túnel, pasillo, baño o algún lugar destinado pura y exclusivamente a tener sexo. Pagamos la entrada del boliche, bailamos un poco y, antes de que la noche entre en decadencia, estamos ahí. La pista de baile comienza a vaciarse y la testosterona llama a la testosterona, allá, donde está oscuro y nadie sabe cómo se llama el otro. He ido cientos de veces a boliches hétero y no conozco ninguno que tenga túnel. Quizás haya alguno, pero sería una rareza. Es un hecho.
Sin embargo, también es un hecho que la mayoría de los boliches gay sin túnel son casi exclusivamente gay: hay hombres que buscan hombres, una que otra lesbiana, una que otra mejor amiga, una que otra hermana, algún hétero-con-dudas y pensando qué hacer. Los boliches gay que tienen túnel, en cambio, están llenos de hombres y mujeres heterosexuales. Cada día hay más, al punto que uno ya no sabe a quién se puede encarar. Y ahí están, una pareja gay al lado de una pareja hétero, compartiendo el cogedero sin prejuicios de ningún tipo. Pagan la entrada para eso. A veces, los de un grupo se pasan de cerveza y quieren experimentar un poco cómo es del otro lado, pero eso es ooootro tema. El dark room de Amerika es todo un experimento sociológico, sobre todo después de Cromañón, cuando cambió de lugar y dejó de ser exclusivo para hombres. Si nunca lo viste, ni te lo imaginás.
Después de un tiempo, he llegado a la conclusión de que entre un varón gay y un varón heterosexual hay menos diferencias que lo que mucha gente piensa. Ellos ven a la rubia tetona y las hormonas les explotan. Nosotros vemos al chongo con cuerpo de futbolista y nos lo queremos comer. Ellos piensan en sexo. Nosotros pensamos en sexo. Ellos saben que si se acercan a la rubia tetona y le proponen ir al telo, así, de una, quizás termina mal, por más que la rubia se muera de ganas. Nosotros sabemos que si el chongo se muere de ganas, nos va preguntar si vamos en auto o en taxi, nada más.
La diferencia, al final, es que a las mujeres les enseñan desde chicas a resistirse al embate sexual de los hombres, como si fuera peligroso y sucio. Las cosas cambiaron mucho en el último siglo, pero aún queda una barrera importante, que cuesta atravesar. Es parte del ritual que a ellos tanto les molesta y, a la vez, tanto los tranquiliza. Ellas muestran que no son “fáciles”. Ellos hacen de cuenta que las respetan y quieren algo más que sexo. Ellas fingen que les creen. Simulación, machismo, ceremonial y protocolo. Hoy es más fácil que hace una generación, pero todavía sigue habiendo una distancia entre el hombre y la mujer heterosexual. Entre dos tipos es más fácil. No hace falta fingir: los dos queremos lo mismo y queremos que el otro lo sepa.
—A mí las minas fáciles no me gustan. No me casaría con una que se entrega al toque —me dijo otro amigo una vez, el mismo que conoce puteríos y clubes swingger por toda la ciudad. Cuando se encara a una mina está desesperado por llevársela a la cama, pero si ella le dice que sí sin dar vueltas, le pierde el respeto. Necesita que ella se resista y, después de mucho trabajo, convencerla.
¡Y ellos dicen que las histéricas son ellas!
Admitámoslo, nos gusta variar de camas, a héteros y gays. Algunos preferimos llevar chicos y otros prefieren llevar chicas, pero la parada final es la misma. A nosotros se nos hace más fácil, porque nuestros eventuales blancos de cacería también están ahí queriendo cazar; sólo hace falta que las miras se crucen. La famosa promiscuidad gay no es otra cosa que promiscuidad masculina.
Pero los gays también queremos, a veces, ser Susanita. Nos enamoramos y hacemos cosas que pensábamos que no haríamos, como escribir cartas de amor o llevarle flores a nuestro chico. Cosas que mis amigos heterosexuales también hacen con sus novias. Y cuando nos enamoramos somos celosos, somos fieles, somos celosos, somos infieles, somos celosos. Y queremos pasar la Navidad juntos y cenar en la casa de sus padres y tomarnos vacaciones en una playa semivacía y rodeada de verde y soñar cómo sería estar juntos toda la vida y casarnos y ser felices y comer perdices y todas esas cosas. A veces, pese a todas las piedras en el camino a contramano, conseguimos algo parecido. Y entonces no necesitamos ir a los túneles — o vamos juntos, ¿cuál es el problema? El amor también nos iguala, así como el sexo, a héteros y gays. Somos más parecidos de lo que mucha gente piensa. Pero convengamos que nuestra ruta no está en las mismas condiciones, aunque en los últimos tiempos haya mejorado mucho, al menos en nuestro país. La autopista heterosexual viene con papá y mamá recibiendo a su futura nuera con fideos con tuco.
“¿El año nuevo lo pasamos juntos?”, “No puedo, lo paso con mis viejos. Me gustaría que vengas, pero sabés que ellos no saben”. “Si querés podés venir a la fiesta, pero sos mi amigo, eh”. “Cuando lleguemos al barrio, disimulá”. Todavía me acuerdo de esa noche, en casa de mi amigo. En el departamento que compartía con su novio desde hacía dos años y pico. Era el cumpleaños. “Si querés venir con tu novio, todo bien, pero no seas evidente, eh, que están los amigos del negro que no saben. Oficialmente, soy un compañero con el que comparte el alquiler”, me dijo. Y ahí estaba mi amigo, muriéndose de ganas de darle un beso a su novio en su cumpleaños. Y los amigos del novio sabían, ¡obvio!, y se cagaban de risa. La cama matrimonial era indisimulable.
Algunos, pese a todo, lo consiguen. Se bancan las miradas hasta que desaparezcan por acostumbramiento o las desafían con miradas más fuertes, orgullosas, o mantienen una rutina de disimulos y engaños cotidianos que les permitan preservar su intimidad de los prejuicios de los demás. Otros siguen navegando por la noche, eternamente jóvenes. Y están los que se rebelan contra ambos mandatos: el del armario y el de la monogamia, y arman parejas abiertas o tripejas o relaciones múltiples, o lo que tengan ganas.
—Él sabe que yo tengo sexo con otros y yo sé que él también lo hace, pero la regla es no contarnos nada.
—Él sabe que yo tengo sexo con otros y yo sé que él también lo hace, pero la regla es contarnos todo.
—Nunca dos veces con el mismo. Nunca doy mi teléfono. Novio tengo uno solo, lo demás es diversión.
—Fuimos al boliche, nos levantamos un chongo y lo llevamos a casa.
—Nosotros somos fieles a las reglas de fidelidad que establecimos entre los dos.
¿Cuál es el problema?
Muchos de mis amigos heterosexuales no hacen esas cosas con su mujer sólo por dos razones: porque es “la madre de sus hijos” (¿…?) y debe, por lo tanto, ser una santa —sea lo que sea que eso signifique— y porque ella jamás aceptaría. (Eso creen ellos. Eso esperan. Porque a ellos les gustaría que ella aceptara, pero si ella aceptara no se lo bancarían). Por eso buscan otras que estén dispuestas a hacer lo que a la esposa le está vedado — por ellos. Manga de histéricos.
Dicen que los gays somos promiscuos. Yo creo que somos varones que no necesitan fingir.
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viernes, 25 de septiembre de 2015

Saunas Gays en Buenos Aires: La ruta del calor

En la entrada hay que sacarse todo, pagar un Evita y calzarse la toalla y las ojotas. Al principio se mira, se te tantea, se puede jugar al distraído. En los pasillos todo parece una gran casualidad, un “¡disculpame que te la toqué!”, “¡te apoyé sin darme cuenta!”. Al rato las caras ya son familiares y se va a lo directo. La lengua casi no se usa para hablar. La mayoría van solos y se internan. No se ven mujeres y en la parte más oscura siempre está la orgía. Ahí, el que deja la puerta abierta es porque invita a que se sumen los que pasen.
Entra uno que se masturba, llega otro que se la chupa y llega otro que se la pone. Después es como un juego primitivo de sensaciones: tan básico como la carne que roza la carne y la estimula. En ese ida y vuelta hay un código de respeto que no se rompe, porque si uno no tiene ganas de hacer algo, ya llegará otro que sí.
Los fantasmas de la persecución policial no están porque no hay delito: no existe un catálogo de masajes ilegales. Si el sexo no se paga, no hay explotación. Y en los saunas no hay plata de por medio.
“Una vez que ponés la mano en la llama, no podés volver atrás”, dice la erótica Madonna en su etapa más erótica. Para muchos sauneros, el único problema es la compulsión: lo adictiva que puede ser la manzana de los placeres.

Living para gente grande

Pocos minutos atrás se masturbaron entre sí, casi mirando a otro lado, y no eyacularon. Dos hombres que pasaron los 50 toman un café en el primer piso de una construcción antigua de la Recoleta y miran el canal de las noticias. Hace tres horas que van del sauna húmedo al seco de Unikus y eyacular otra vez sería una deshidratación. Por hoy, mejor no hacerlo más. Hasta que el recuerdo de haber tenido placer hasta quedar sedados traiga una erección. Entonces sí acabar de nuevo.
Unikus es chico y básico: saunas y duchas. Está poblado por hombres mayores que buscan la oportunidad de sexo ocasional, si pinta. Y si no, el cafecito: señores recoletos que parecen salidos de la discreción de una tetera de porcelana.

El mezcladito

Bajo una ducha de A Full, un chico de 27 cuenta a Soy qué hace ahí un jueves a las tres de la mañana: “Me gustan las mujeres, pero disfruto que me penetren tipos sin vueltas. No voy a boliches gay porque me aburre todo eso. No me gustan los besos ni chuparla, me gusta tenerla adentro”. El chico tiene novia, la dejó hace un rato en su casa. “¿No te gustaría que te penetrara ella con un dildo?” No le gustaría, lo excita tener un placer sólo para él: lo calienta que una barba raspe mientras le meten la lengua en la oreja. “¿Y a tu novia la dejás que te juegue con los dedos?” Tampoco.
Las dimensiones de A Full son las de un baño griego: dos pisos con incrustaciones art nouveau, saunas, camillas para masajes, duchas y lugares bien oscuros con películas porno. También hay mesa de pool y un living donde la madrugada de los fines de semana, cuando hay mucha carne joven, algunos se internan y duermen siestas después del sexo. Un truco para llevar preservativo encima es ponerlo entre la toalla y la piel. Hace unos meses, los que iban de traje por la tarde no pagaban la entrada.

Lujo asiático

En Almagro, la barra de tragos de Homo Sapiens es pretenciosa y lo consigue: todo el lugar está pensado para el lujo. A una cuadra de Amérika más que un Spa HS es una experiencia sexual. Hay un microcine, cuartos privados, dark room y camillas con calor. Lo consumen sobre todo mayores de 40.
Es común quedar como en trance: calor, sexo, calor, sexo. Saber cuándo es suficiente no es una decisión fácil, a menos que haya que volver a las obligaciones. “Hago una guardia en la clínica que está a dos cuadras y los jueves tengo un espacio de tres horas libres a la tarde. Esos días me pego una vuelta. Estos lugares a la tarde no son lo mismo que a la noche: encontrás tipos que parecen deportistas del sexo, que lo hacen como una necesidad básica”, dijo a Soy un hombre de 43 años, todo depilado.

Madison Square

A dos cuadras de HS está el club Madison, un complejo que tiene el plus de la pileta climatizada. Madison abrió hace poco y una estrategia en redes sociales lo puso rápido como opción. En la página de Facebook, algunos combinan horario para cruzarse y a veces la cuestión es temática: los domingos en boxer tienen su convocatoria. También hay días en que la productora de porno local M2M filma con los que quieran participar. Hay material joven.
Roce, erección, piel. La camilla está pegajosa, el jabón líquido funciona como lubricante. Hay gemidos y golpes contra las paredes. El pijón parece un tótem, un faro en la oscuridad con seguidores que se arrodillan. El tatuado en medio del vapor. El oso acostado en la camilla. Es como un limbo.

Nostalgia Trash

Nagasaki está a la vuelta del Abasto y los jueves propone su noche de osos. Algunos sauneros lo critican: se consigue sexo, pero el lugar está deteriorado y muchos que van una vez, no vuelven: 40, 50, 60 años y bastante extranjero. La onda descascarada lo hace más tetera que sauna. En el sector oscuro se acumula la acción y todo se chupa con todo.

Con pantalla

Spa es la interjección de Salus Per Aquam: salud a través del agua. Frente al Parque Centenario está el Energy Spa, que fue el pionero de los saunas gays bajo el nombre de Baño Salud. Hay muchos relatos sobre lo que pasaba de forma encubierta. The Swan, un anónimo de la web, colgó su relato: “Había dos flacos que atendían y antes de cerrar el local, por unos pocos mangos te enfiestaban. La cosa iba lenta, primero tenías que animarte a decirles que les querías chupar la pija”. Hoy, el Energy Spa es muy tranquilo, con público de edad media. Hay jacuzzi y piscina cubierta, el lema es “Salud, Relax y Placer”. Todo muy prolijo.
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El mundo Leather en Buenos Aires: DAME CUERO

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Corazón de cine porno en Buenos Aires

Un relato divertido:
Cuando volví de España, donde había vivido durante 3 años y medio, volví a ocupar mi antigua habitación en la casa de mis padres. Una noche de desvelo empecé a buscar algo para leer y en uno de los cajones encontré una antigua revista Eroticón; presa de la melancolía, me puse a hojearla recordando mis primeras noches calientes en soledad, donde fantaseaba con encuentros carnales con hombres, que a esa altura eran sólo puras fantasías, imposibles de llevarlas a la realidad. Seguí hojeando la revista sin prisa pero sin pausa hasta que encontré una nota sobre cines porno en la porteña ciudad. Maravillada con semejante novedad, me la leí de pe a pa sin perder ningún detalle. Asombrada y excitada, no podía creer lo que leían mis ojos. Me pareció más fantasía que realidad, pero igual me quedó la duda. Uno de los cines donde más se había detenido el cronista era el Cine Plus, ubicado sobre la calle Rioja, justo al lado de la bailanta Latino Once. Me quedó volando por la cabeza, y sobre todo por la bragueta, la nota que había leído, y ya que era del Oeste y viajaba diariamente a la Capital, pensaba tomar coraje para meterme a ver qué pasaba realmente en ese cine porno. Varias veces miré de lejos la pedorra sala. Pasaba por enfrente, pasaba por la misma vereda y nunca me animaba. Me sentía sucia, perversa, pajera... Hasta que un día mi cuerpo debatió con mi mente sus necesidades y salió ganando. Corría el año ’96. Cuando entré, saqué la entrada con la cabeza baja y empecé a ver que había más de un tipo deambulando por el lugar. En la oscuridad de la sala, después de acostumbrar la vista como los gatos, empecé a ver decenas de tipos que andaban dando vueltas por todos lados. Eran tipos y tipos y más tipos, como un grupo de experimentados cazadores. Había tipos en las escaleras con los pantalones bajos, tipos besándose, manoseándose, había escenas de sexo completo, oral, grupal, romántico, sexo, sexo y más sexo.
En el primer piso, las escenas de la pantalla grande mostraban películas hétero; poco tiempo después entendí que esas películas eran el anzuelo ideal para los trabajadores chongos cansados, que venían a buscar un pete express, sentados con cara de boludos hundidos en las butacas que, seguramente al cerrar los ojos ante una boca caliente, soñarían que la que succionaba era la porno star de la pantalla.
Arriba la sala gay y un cuarto oscuro donde los cuerpos se transformaban en revoltijos de carne. Fiestas negras, duchas blancas, lenguas salvajes: en la carta de ese cine el menú era variado y podías comer, chupar y tragar hasta saciarte.
En los baños, la cosa era más íntima si querías revolcarte con la puerta cerrada en el cubículo del inodoro, aunque la mugre en general era exagerada. Papeles sucios amontonados en olorosas montañas, el piso alfombrado por forros usados y a veces, si tenías suerte, había agua. Por años y años, mi vida sexual pasó a desarrollarse en ese cine en particular, aunque recorrí por simple curiosidad varios cines de Buenos Aires, cada uno con un perfil específico y respondiendo a un concreto mercado.
Durante los largos años que retocé en los baños, en los rincones y hasta en las butacas, me enamoré, hice amigos, encontré algunos novios no muy perdurables pero que me entretuvieron bastante, cumplí increíbles fantasías, me crucé con las entrepiernas más chicas de mi vida, y con las más grandes e inolvidables, y vi cosas que si tuviera que contarlas una por una, no me alcanzarían ni días, ni meses, ni años. Hoy, en el año 2009, esos eróticos reductos siguen estando, abrigando el deseo y los cuerpos calientes que prefieren enredarse en prácticos retoces, sin histerias, ni versos prearmados. No son discos, ni pubs maricas de diseño, pero lo que es seguro es que muchas de las maricas que histeriquean en la noche bolichera o en la calle, en los cines porno se transforman en bestias carnales y salvajes guiadas por puro instinto, y entienden que, después de todo, en esa oscuridad permanente, todos los gatos somos pardos, mal que a una le cueste aceptarlo.
Juro que durante todo ese tiempo nunca me arrepentí de haberme echo asidua víctima erótica de esas salas promiscuas y calientes; eso sí, para qué negarlo: a veces me he sentido una rastrera rata de alcantarilla... y otras tantas... una diosa bañándome desnuda en la Fontana di Trevi, como la grandiosa Anita Ekberg en sus años más calientes del cine de oro italiano...

Palito, bombón...

Si las butacas hablaran...! Las de los cines porno, claro. Aunque hoy por hoy, más que hablar, acaso chirriarían. No obstante la andanada de nuevos multiespacios en los que el fragor del cuerpo a cuerpo prefiere las cabinas con glory holes o la erótica humedad del sauna, o la forma en que definitivamente Internet cambió la manera de mirar pornografía, todavía hay cines XXX que siguen existiendo en Buenos Aires. El mítico cine Ideal (Suipacha 378) es uno de los referentes insoslayables. Frecuentado por señores que van en busca de muchachos que van en busca de señores generosos, y en donde más de un oficinista de la city se toma un descansito a la hora del almuerzo, el Ideal es junto con el ABC (Esmeralda 506), en cuyas salas gays dan una programación continuada todos los días hasta las 5 de la mañana, los bastiones que resisten en el microcentro porteño. Para los que prefieren una incursión con un toque lumpen y, por qué no, bizarro, quizá la mejor opción sea el Once Plus (Ecuador 54), justo frente a la Plaza Miserere: una suerte de "salón de los pasos perdidos" sexual para quienes cotidianamente van a tomar o bien el tren o bien un colectivo. El cine Box (Laprida 1423) es uno de los pocos que siguen en las inmediaciones de la antigua vía gay por excelencia, la avenida Santa Fe, la cual, junto con el resplandor de la pantalla en que tantos bigotudos besuqueros hicieron las delicias del público homosexual en la década del ’80, ha dejado de ser también lo que solía.
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martes, 1 de septiembre de 2015

10 señales de que eres gay de Closet

1. Atacas a otros gays que sí son “chingones”. Ya lo confesó Ricky Martin; cuando él ocultaba su homosexualidad mientras su carrera artística ascendía, participaba en el acoso contra otros gays declarados. Y es que por un lado tenemos a la presión social, que no todos son capaces de enfrentar con valor; por otro lado, los “gays de closet” tienen un claro sentimiento de “envidia” a los gays libres, pues ellos disfrutan de ser gays, son felices siéndolo, les da orgullo decirse gays y no les importa lo que otros piensen al respecto; algo que a ti, “gay de closet”… te arde.

2. Consigues una amiga sin dignidad que acepte hacerse pasar por tu novia. Es hilarante que mi basta cultura general (risas), me lleve de nuevo al caso de Ricky Martin, quien como todos sabemos utilizó a varias de sus amigas, la misma Rebeca de Alba lo aceptó. Yo tuve varios amigos que, de la forma más absurda, me presentaban a sus “novias” pero siempre estaban en antros gays y desaparecían misteriosamente luego de ligar con alguien. Chicos es obvio, no sé por qué les gusta causar lástima y ser la burla de todos ¡acéptenlo!

3. Te haces el muy macho pero eres un real “marica”. Los homofóbicos utilizan el término “marica” de forma despectiva contra los gays, sin embargo a muchos de ellos, incluyendo los gays de closet, les vendría mejor ese termino. Los “gays de closet” siempre andan en el chisme, les gusta manejar a las personas que los rodean en su enorme esfuerzo por no ser descubiertos. Una vez uno de estos individuos me acusó con el director de la escuela de haber besado a un niño en la clase de deportes, y adivinen qué, nunca tuvo los “tamaños” (ya escribí muchas malas palabras y por eso no puse ”huevos”) para decírmelo de frente.

4. Tú y tu “mami” son uno mismo. Es claro que siempre estarás tras las faldas de tu mamá. De niño siempre escuché eso de los tipos abusivos mayores, la verdad más que ofenderme, sentía gran confusión. No entendía cómo ustedes que se juntaban en grupo para atacar a chicos indefensos (gays o no) de la forma más cobarde, afirmaban ser valientes. Luego, al conocer a sus madres, lo entendí, viven bajo el terrible control de sus madres y al no lograr reunir las fuerzas suficientes para cortar “el cordón umbilical”, molestan a otros seres independientes, seguros de sí mismos, de los que probablemente se enamorarían.

5. Cuando alguien sugiere que eres gay enloqueces. Cuando un hombre completamente heterosexual se enfrenta a un rumor de que es gay o a una broma que lo sugiere, no le toma importancia y hasta puede llegar a reírse de ello. Pero cuando un “gay de closet” se ve acorralado por esta situación, todos sus miedos se desatan, no soporta la idea de que alguien lo descubra y arremete contra aquellos que crearon esa “farsa” para que se arrepientan por completo de su injuria.

6. Finges la voz. Ya sé que no todos los gays son afeminados, pero a un gran porcentaje de esta “comunidad” les gusta hablar en femenino y como se dice “jotear”. Me sorprendí al encontrar que aún tengo varios amigos así. Uno de ellos cuando está en su trabajo habla con un tono muy grave y jamás pensarías que llegando a casa actúa como una “loca”. Si bien no es un comportamiento adecuado “jotear” en un ambiente de oficina, tampoco quiere decir que debas transformarte y ser dos personas totalmente diferentes. Eso de hecho es una señal de que no eres una persona de fiar.

7. Odias a los “jotos”. Eres el clásico tipo que dice todo el tiempo: “Entiendo que sean gays pero ¿por qué tienen que jotear tanto?”, bueno aquí tu respuesta: “¿Qué te importa?”. Hay gays muy varoniles y también los hay muy afeminados, ambos grupos son personas que merecen ser respetadas así como son. Pero lo que pasa, es que a los “gays de closet”, estos “maricas” o “jotos” les recuerdan contundentemente lo que están ocultando.

8. Eres un absurdo fanático religioso. Todas las creencias tienen mi respeto y cada quien es libre de creer o no en lo que quiera. Pero hay “gays de closet” que incluso van en contra de sus creencias religiosas para demostrar a toda costa que no son gays. Por ejemplo, tengo un conocido “gay de closet”, devoto católico, que asegura que lo mejor sería matar a todos esos “enfermos” (los hombres abiertamente gays). Uno de los mandamientos de su Dios prohíbe matar, y eso es sólo un punto. Pero eso sí, cuando está en la cama con uno de mis mejores amigos, lo que menos quiere es que muera. En general todas las religiones, profesan la paz y amor entre los seres humanos.

9. Frecuentas prostitutas transexuales. ¿Por qué si te gustan las mujeres, le pagas a un transexual para tener sexo? Si bien la sexualidad masculina es basta y no todos los hombres que se acuestan con transexuales son gays, hay otros que utilizan esta “rutina” para esconder su verdadero deseo: sexo con otro hombre. Los “gays de closet” piensan que éste es el escondite ideal, pues es socialmente aceptable. Incluso pueden contarlo a sus amigos heterosexuales que de hecho, lo celebrarán y así no corren peligro de ser rechazados.

10. Tienes cuentas alternas en redes sociales. Con la finalidad de ligar y llevar a cabo tu vida sexual sin que nadie se entere, te ayudas de la tecnología y abres cuentas alternas en Facebook o Twitter, con un nombre y foto que te hacen ver muy distinto a tu versión heterosexual. Un día un hombre así me envió un mensaje privado en Facebook, al principio se me hacía agradable, tenía una charla amena, comencé a revisar su cuenta y vi que no tenía amigos, no posteaba nada y nunca quería profundizar en datos de su vida, luego supe que era un nefasto “gay de closet”.
Amigos el mundo está cambiando, relájense. No es que la homosexualidad sea algo que se deba anunciar a “los cuatro vientos”, pero tampoco es algo que se deba ocultar. No teman, sean hombres valientes y afronten las consecuencias de ser quienes son, siempre con la frente en alto y el corazón en la mano.

Fuente: http://www.enewspaper.mx/
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domingo, 23 de agosto de 2015

Dejad que los gays vengan a mí

Humboldt 52, el bar gay de moda, ya es la efigie del estereotipo. El show de la travesti que interpreta a Rocío Jurado entre espasmos y golpes a puño cerrado en el medio del pecho, y la congregación de pingueros con sus viejos extranjeros colgándoles del cuello como arrugadas mantas de visón. “Dejad que los gays vengan a mí”, parecen decir los dueños de Humboldt 52, que no abrieron el bar porque son muy buenos, sino porque son muy inteligentes. Los dueños se dieron cuenta (y no son los primeros en hacerlo), de que si un público paga lo que tenga que pagar por tener dónde divertirse libremente en las noches es el público gay. Con la apertura al Cuentapropismo y la aprobación de la Ley de Inversión Extranjera en Cuba, más de un negocio particular ha pensado seriamente en volverse homosexual. Ahora ser amistoso con la causa gay es rentable en La Habana. Humboldt 52, estratégicamente ubicado cerca de las calles 23 y Malecón y, por tanto, en uno de los circuitos nocturnos gay más activos en La Habana, abre todos los días de la semana, desde el 25 de mayo del año pasado. Mariela Castro estuvo en su inauguración. El Gueto La idea del gueto cuando vas a las fiestas gay no es tan descabellada. Muchos de estos sitios nocturnos son lo más parecido a cofradías estrictamente cerradas y exclusivas, donde las personas homosexuales se recluyen del mundo externo, y se confinan a un aislamiento que es el resultado inconsciente de la propia búsqueda de la libertad: la libertad, por error, trocada en encierro. Hace un mes le hice la pregunta a Mariela Castro. ¿Es el gueto lo que suprime la exclusión? Mariela Castro respondió: “Lo que nosotros defendemos es que la población LGBTI[1] ocupe los mismos espacios que la población heterosexual. Hay lugares en los que espontáneamente ha surgido este tipo de espectáculo donde va población LGBTI. Para nosotros no están considerados como guetos, sino como espacios artísticos de preferencias culturales. No estamos a favor del gueto, sino de la integración social: que todos participemos en todo”. Federico Graña, un activista uruguayo que estuvo de visita en Cuba durante el mes de mayo cuando se celebró la VII Jornada Contra la Homofobia, habló de cómo se han operado en Uruguay los cambios en favor de la inclusión de la población homosexual en las dinámicas comunes. “En Uruguay –cuenta Federico- hace tres años dos muchachos que se besaron en una discoteca “heterosexual” fueron expulsados de allí. Esto causó un escándalo, y a raíz del hecho se realizó gran cantidad de “movidas”. Así es que se avanza. “Veo que aquí hay un proceso para generar los cambios necesarios a través del Código de Familia. Eso hay que acelerarlo”. “En mi país nos reunimos con sindicatos, con feministas, con organizaciones afro, o sea, intentamos incluir en nuestra causa a una plataforma social amplia. En 2004 las encuestas en Uruguay decían que solo el 38 por ciento de la población apoyaba las uniones de parejas del mismo sexo. A los pocos días de aprobarse la ley se hizo una encuesta que arrojó un 56 por ciento de la población a favor de la ley. Y eso se construyó en 10 años. Cambiándole la cabeza a la sociedad”. La subasta Pasa una cosa en Humboldt 52. Algo que da ganas de esconder la cara entre las manos. Que te pone a pensar en qué momento todos los lugares nocturnos gay desembocan en lo mismo, incluso los que, como Humboldt, están llenando el ostensible hueco que ha dejado la homofobia secular en Cuba. Los viernes, durante el show semanal de la travesti Gala, los dueños del bar llevan a algunos strippers rudos y de hombros curtidos para cebar el morbo de la multitud.

Nótese que los strippers en la mayoría de los sitios nocturnos gay son básicamente los mismos. Muchachos que en su  mayoría se dicen heterosexuales, pero que cuando bajan del escenario y se ponen toda la ropa que se habían quitado, pasean y pasean por el club, macizos y estúpidamente orondos, y terminan algunas veces enredados con alguna groupie o con algún extranjero. Al gay común no lo miran, siempre tienen los ojos puestos en presas más poderosas. En Humboldt 52, sin embargo, las caras de los strippers son caras diferentes, aún tímidas. Rostros principiantes que ahora pasan alguna clase de entrenamiento inicial. Pupilos que nadie sabe de dónde salen. La travesti los presenta y luego les echa encima pomos de agua mineral, y la gente se vuelve loca cuando los ve secarse el pecho con el dorso de sus manos rústicas. Entonces la travesti, que no tiene una idea ni así de cercana de lo que es animar un show, dice, en tono gracioso, unas líneas parecidas a estas: - “Miren, señores, aquí tenemos a este hermoso ejemplar rubio. ¡Qué ojos, señores, qué ojos! Miren, señores, a este ejemplar moreno, para los que les guste el color púrpura”. Y lo primero que a uno le viene a la cabeza es una subasta y la travesti diciendo “¿quién da más, señores, quién da más?: queda esta bicicleta vendida al caballero de la segunda fila”. Lo que debería ser sexy se convierte en un episodio grotesco y repugnante. En el bar gay de moda el cuerpo del hombre es, los viernes, una vulgar atracción de feria. Antes los despreciábamos, ahora les sacamos el dinero Hace aproximadamente un año, cuando Humboldt 52 apenas comenzaba, Le  Chansonier, un bar-restaurante del Vedado, se volvió gay de la noche a la mañana. Le Chansonier fue durante un tiempo el sitio nocturno de moda para muchos gays. Cuando cerró repentinamente (dicen que por una bronca),  Humboldt, que hasta el momento era un bar inofensivo poco tomado en cuenta, y que solo se llenaba medianamente algunos fines de semana, comenzó su etapa dorada. Otros negocios particulares no han tenido tanta suerte como Humboldt, donde los dueños deben estar haciéndose millonarios. Entre otras cosas, el progreso de cualquier negocio particular depende de su ubicación física en la ciudad. No hay mayor cantidad de gays reunidos en La Habana que en las cercanías de 23 y Malecón. Humboldt está a solo una cuadra del Malecón. Las Estaciones, por ejemplo, es un bar particular de condiciones muy decorosas que comenzó hace apenas 4 meses dedicando la noche del jueves al público gay, y aunque ha dado resultado (ya además del jueves abren los viernes y los sábados para este público) queda en la Habana Vieja, perdido entre calles poco populosas. Los bares tienen una ventaja y es que no tienes que pagar para entrar. Te puedes pasar la noche (y es lo que hacen muchos)  esperando que alguien te invite a un trago o alargando una cerveza. Una cerveza allí es como para alargarla lo más que se pueda. La más barata ya está multada. Los cocteles están de 2 cuc para arriba. Y 2 son 4 y  2 son 6 y dos son 8, y sin darte cuenta puedes gastar cuatro sueldos antes de que el bar cierre, a las 4 de la madrugada. Un par de años atrás ningún negocio (ni particular ni estatal) dedicaba un espacio diario y públicamente asumido para los gays El homosexual ha sido, históricamente, una de las escorias más perniciosas ora para la Revolución, ora para una parte grande de la sociedad machista cubana que no iba a permitir que dos tipos se cogieran de la boca frente a ellos. No es malo que abran lugares permisibles para los gays ahora, lo malo es que el beneplácito se lo cobren tan caro. Lo malo es darse cuenta de que la moral, además de con el tiempo, cambia con el dinero.
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